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El fiscal pide 8 años de cárcel para un joven por intentar clavar un cuchillo a su expareja

Cuatro días después de la agresión, la víctima retiró la acusación y solicitó al juez el archivo del caso y la libertad del imputado, que se encontraba en prisión preventiva

LA RIOJA

Domingo, 13 de noviembre 2016, 23:59

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Hacía un mes que la relación se había roto pero el acusado, un joven de 32 años, no aceptaba la nueva situación y que entre los dos no hubiera ya nada. De hecho, según el relato de la Fiscalía, la llamaba reiteradamente por teléfono e insistía en que quería verla para hablar.

  • Delito.

  • El fiscal imputa al acusado un delito de homicidio en grado de tentativa.

  • Pena.

  • La acusación pública pide ocho años de cárcel para el procesado y la prohibición de que se acerque a menos de 200 metros de la víctima.

  • Hechos.

  • La pareja había roto la relación sentimental un mes antes y el 5 de abril, sobre las 7 de la mañana, el acusado fue al domicilio en el que se encontraba su expareja, la convenció para bajar al portal y una vez ahí intentó clavarle el cuchillo en el estómago. No lo logró porque o bien tenía la punta rota o se rompió en el momento.

Sobre las siete de la mañana del 5 de abril del 2015, el acusado intentó ponerse en contacto con ella por teléfono con la intención de quedar, pero como dos días antes habían protagonizado un incidente, la víctima tenía miedo de quedarse a solas con él. Así que, según añade el Ministerio Público en su escrito de acusación, se negó diciéndole que estaba en casa de una tía y que con la persona con la que quería hablar era con la madre de él para contarle lo ocurrido aquel día.

Instantes después, el procesado acudió al portal del domicilio de la tía, en la calle Doce Ligero de Logroño. Una vez ahí, volvió a llamar a la víctima, le pidió que bajara y, aunque no era cierto, le dijo que estaba con su madre.

La víctima se negó de nuevo y el acusado empezó a llamar de forma insistente al portero automático hasta que ella, con el fin de evitar que con los timbrazos se despertaran sus familiares, accedió a bajar al portal, aunque en un principio se negó a abrir la puerta al comprobar que iba solo. Pero como vio que él amagaba con llamar nuevamente al portero automático, ella accedió.

Cuando la víctima estaba abriendo, «el imputado -añade la Fiscalía- empujó fuertemente la puerta, se introdujo en el portal, la agarró de un brazo con una mano y con la otra mano, en la que llevaba un cuchillo de cocina, le lanzó una puñalada en el estómago, que no consiguió clavarle al romperse o tener la punta rota». No obstante, sí le ocasionó una herida incisa en el abdomen, mientras le decía que la iba a matar y, así, «no estaría con su amante».

Seguidamente, le lanzó una segunda puñalada al estómago, que tampoco logró clavarle al agarrar la víctima el cuchillo. Este movimiento le ocasionó cortes en los dedos, produciéndose un forcejeo por la posesión del arma, momento en el que cayeron al suelo.

Cuando la pareja estaba en el suelo, el acusado, que se había hecho con el cuchillo y «no cesaba de repetir que la iba a matar para que no estuviera con su amante», le dio un corte en la cara e intentó darle un segundo corte, que ella consiguió esquivar desviando la cabeza. Finalmente, la víctima le propinó un empujón, logró zafarse y salir corriendo a la calle. Ahí pidió ayuda a unas jóvenes que pasaban por la zona, quienes a su vez avisaron a la Policía.

A causa de la agresión, la víctima sufrió diversas heridas, que precisaron puntos de sutura, y hematomas en varias partes del cuerpo, de las que tardó en curar 10 días no incapacitantes.

El 9 de abril, la víctima retiró la denuncia y presentó un escrito en el juzgado en el que solicitó el archivo de las actuaciones y la libertad para el imputado, quien se encuentra en prisión preventiva desde el 7 de abril, tras permanecer detenido desde el día en que sucedieron los hechos.

El acusado, que se sentará hoy y mañana en el banquillo de la Audiencia Provincial de La Rioja para responder por un delito de homicidio en grado de tentativa, se enfrenta a una pena de ocho años de cárcel y a la prohibición de que se aproxime a la víctima a una distancia no inferior a 200 metros por un plazo superior en un año a la pena de cárcel que definitivamente se le imponga.

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