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Javier Doval, Germán Ríos, Íñigo Nagore, Gustavo Ardila y Eduardo Baamonde, en la segunda jornada de FEE.
La obligación de aprovechar las oportunidades del idioma

La obligación de aprovechar las oportunidades del idioma

Futuro en Español clausura su sexta edición con un análisis profundo de la industria agroalimentaria

Luismi Cámara

Sábado, 29 de octubre 2016, 01:10

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El futuro del sector agroalimentario es esperanzador a ambos lados del Atlántico pero tiene la obligación de aprovechar sus oportunidades y el deber de establecer relaciones y sinergias para evolucionar y fortalecer su posición en el actual escenario de un mundo globalizado. Son las conclusiones que se pueden extraer de la segunda y última jornada de la sexta edición de Futuro en Español (FEE), organizado por Vocento, a través de Diario LA RIOJA, y CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, que se celebró ayer, centrado esta vez en un campo de acción vital para las economías tanto de los países de América Latina como para España y La Rioja.

En Bodegas Franco Españolas, que tomó ayer el relevo como sede de la Escuela Superior de Diseño de La Rioja (ESDIR), expertos en la materia, provenientes de dos orillas tan lejanas en kilómetros como unidas por un idioma y unos intereses comunes, analizaron el sector en un periodo de continua renovación. Javier Doval, director general de Nueva Rioja, abrió la jornada señalando la reivindicación «del valor del español» y la necesidad de «explotar los beneficios de un idioma que une a 500 millones de personas» como el doble objetivo de FEE.

Germán Ríos, director corporativo de Asuntos Estratégicos de CAF, incidió en la obligación de «tender puentes y trabajar juntos». «En América Latina tenemos las condiciones naturales y el potencial para que el sector agroalimentario sea ganador», desveló Ríos, «mientras que La Rioja ha demostrado cómo sacar la máxima productividad a un terreno limitado».

El consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de La Rioja, Íñigo Nagore, reivindicó el «gran futuro» del sector pero aconsejó «la colaboración de todos los implicados». En una análisis preciso y claro, planteó también los retos que se adivinan en este campo y animó a «afrontarlos con eficacia». Una de estas respuestas a los nuevos desafíos, insistió Nagore, está en la colaboración. «Si quieres ir rápido, camina solo; si quieres llegar lejos, ve acompañado», concluyó el consejero.

Puntos comunes

Eduardo Baamonde, presidente de Cajamar, fue el primero en tomar la palabra tras la inauguración para presentar «a una entidad financiera atípica» que no se entendería sin «pasión». Como el resto de ponentes de la jornada, puso a «la innovación» como base para mantener una caja «que no es producto de un milagro, sino que es la obra de mucho trabajo e ilusión».

En la mesa redonda posterior, encontró un admirador en Manuel Monárrez, director general adjunto de Coordinación de Regionales de FIRA (Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura) de México, que se felicitó por la suma de nexos entre las dos orillas del Atlántico. «No sólo nos une la lengua, nos une también cómo hacemos las cosas», proclamó. El debate, moderado por Gustavo Ardila, vicepresidente corporativo de los Sectores Productivo y Financiero de CAF, tuvo entre sus temas esenciales la gestión del riesgo, el factor vital de la confianza, la innovación, la incorporación de los jóvenes al sector agroalimentario y la necesidad de las sinergias.

José Manuel Silva, vocal asesor de la Secretaria de Estado de innovación y ex director general de agricultura e investigación de la Comisión Europea, expuso la necesidad de la confianza entre el sector financiero y los innovadores y cómo se deben asumir los riesgos en la financiación de los proyectos. «La investigación necesita y da dinero, pero precisa de inversión», reiteró, para añadir que, «si hay confianza, se puede evaluar el riesgo, dar crédito y generar innovación».

Baamonde puso como ejemplo la política en este aspecto de Cajamar, que plantea una exigencia para conceder el crédito. «El cliente», recalcó, «debe introducir la innovación en su estrategia e irradiarla en la cadena productiva desde la base del proyecto».

Atraer a los jóvenes

A la hora de tratar el cómo atraer a los jóvenes al sector, la unanimidad y la coincidencia era absoluta al señalar la innovación como el gran atractivo para incorporarlos. «El joven no se queda por obligación», declaró Monárrez, «va a hacerlo porque encuentra estímulos y oportunidades. Ahí está el reto». Y en esta globalización, Manuel Estrada-Nora, jefe internacional y presidente de la Unión Mundial de Mercados y Mayoristas (WUWM), repasó el funcionamiento y la utilidad de los mercados mayoristas y minoristas y la profunda relación entre ambos.

Entre sus consideraciones, reconoció que «la misión de abastecimiento con la que nacieron los mercados ya ha sido cumplida» y ahora «se consideran un servicio público y de vital importancia por dar apoyo a la agricultura y al producto local». «Cuenta con su espacio, se fomenta su consumo y hay un apoyo a la pequeña y mediana empresa y familiar», subrayó.

Los clústers y las cadenas de valor fueron el asunto tratado para cerrar los debates: primero con una ponencia a cargo de Juan Carlos Elorza, director de los Sectores Productivo y Financiero de CAF, y, finalmente, con una mesa redonda moderada por el doctor ingeniero agrónomo Raúl Compés, y que contó con la participación de Juan Colomina, consejero delegado de Coexphal, (Asociación de Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas de Almería); Francisco Correa Holguín, director y accionista de la ecuatoriana Provefrut; Miguel García Winder, representante del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) en Estados Unidos; Juan Viejo Blanjard, director del Clúster Food+i y promotor de Ebros Valley Food+i Alliance, y Juan Sánchez, adjunto al Presidente y CEO de la firma peruana Agrícola la Venta.

Compés actuó de introductor de los contenidos y puso el foco en «resolver las debilidades estructurales y organizativas» mediante «la capacidad para crear redes y establecer intereses comunes para tener armas cometitivas y poder evolucionar». A continuación, tomó la palabra Elorza, que reiteró que el sector agropecuario «es un entorno perfecto para crear una cadena de valor» y puso como ejemplo de ello a La Rioja.

Aglomeraciones productivas

La reflexión final sobre clústers navegó por los distintos y muy diversos puntos de vista de cada uno de los intervinientes, con experiencias que viajaban desde Almería a Ecuador, pero con la pasión común por formar parte del «mundo agro» y con la seguridad de que el modelo de funcionamiento de las «aglomeraciones productivas» debe estar basado en el resultado y centrado en la visión estratégica para no obviar las oportunidades existentes Mientras Colomina asumía la responsabilidad de mantener una «constante reinvención» para avanzar, García Winder expuso que la crisis había «ofrecido la opción de reposicionar los conceptos desde otro punto de vista». Por su parte, Correa alentó a todos a diversificar su negocio «desde el convencimiento y la valentía», manteniendo «un punto soñador».

Las intervenciones de Gustavo Ardila y Javier Doval pusieron el punto y final a la exitosa sexta edición de Futuro en Español. El directivo de CAF calificó este conjunto de acciones como muy provechosas y resaltó el valor de estos encuentros en La Rioja como vía para que «empresas líderes en el sector compartan sus experiencias». Además, no dejó pasar la ocasión para llamar la atención sobre las «oportunidades enormes de inversión que existen en España y América Latina».

Doval parafraseó en el cierre a Juan Antonio Samaranch en las clausuras de los Juegos Olímpicos para despedir el foro. «Han sido las mejores jornadas de Futuro en Español de la historia», exclamó, pero advirtió de que estaba seguro de que para clausurar las del 2017 tendría que repetir la misma frase.

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