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Gasóleo:  el ocaso  del líder

Gasóleo: el ocaso del líder

La mayoría de los automovilistas europeos conduce un motor diésel. Pero eso tiene los años contados

Pablo Álvarez

Domingo, 9 de octubre 2016, 17:23

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Las cosas no pintan bien para los amantes del diésel. Vale, quizá 'amantes' sea una palabra demasiado fuerte (aunque de todo hay en esta vida) pero los números no mienten: en Europa la mayoría de los consumidores prefiere motores con gasóleo. En España, en los últimos meses el porcentaje de mercado de estos motores ronda el 56%.

Y, sin embargo, el pesimismo se ha impuesto en el sector: todo parece indicar que en los próximos lustros los motores diésel serán una excepción. si no un recuerdo. ¿Qué ha pasado para que todo el mundo de por muerto a un líder del mercado? Repasemos algunos hechos, unos más conocidos. y otros menos.

- Isla Europa: Aunque a los europeos nos parezca extraño, Europa es una excepción en lo que se refiere al Diesel. Aquí, el 53% de los vehículos llevan gasóleo. En Estados Unidos es el 3%, en Japón el 2% y en China no llegan al 1%. El diésel es básicamente un invento europeo, desconocido para la mayoría de los conductores de otras partes del mundo.

- Contaminan más: algunos comparan lo ocurrido en los últimos años con los motores diésel con lo que pasó con el tabaco hace ya décadas. Y es que en los dos casos ha habido una potente industria que ocultaba deliberadamente el potencial contaminante de su producto. hasta que no quedaba más remedio. Pero el diésel contamina mucho: hasta cuatro veces más que un motor de gasolina equivalente, según un estudio del CSIC. Y es peor en los motores antiguos que en los modernos. Ojo, eso no significa que los motores de gasolina sean precisamente ecológicos: un reciente estudio publicado en Alemania alerta de que los motores pequeños de gasolina de inyección directa y poca cilindrada (cada vez más de moda) contaminan más que un diésel.

- Contaminan peor: el problema de los diésel es, además, que ganan por goleada en la peor parte de la contaminación. O en la aún peor, habría que decir: la producción de dióxido de nitrógeno (NO2) y de partículas en suspensión, las más nocivas para la población. Su presencia en las grandes urbes empieza a encontrar problemas; París ya ha anunciado que los prohibirá en sus calles en 2020, y Madrid ya valora hacerlo con los modelos más antiguos (y más contaminantes). Los franceses han anunciado también que en poco tiempo anularán las ventajas fiscales a la compra de este tipo de coches, que por tanto se encarecerán.

- Contaminan más de lo que dicen: A estas alturas no hace falta abundar demasiado en el escándalo Volkswagen. El problema es que cada vez hay más datos que indican que la alemana sólo paga por algo que todos hacen. Hace pocos días se conocían los asombrosos resultados de un estudio elaborado por la asociación británica Transport & Environment, tras analizar 250 vehículos de todas las marcas: el 97% de los modernos coches diésel emite más óxidos de nitrógeno que lo que dicta la normativa europea. Y algunos emiten hasta quince veces más. Hay un detalle curioso del estudio: los coches que menos sobrepasan los límites (aunque también lo hacen) son los Volkswagen. Curioso para una empresa que se enfrenta a una multa de hasta 15.000 millones de dólares en Estados Unidos.

- Y no contaminar es caro: Un ya exdirectivo de Volkswagen dejó una frase para el recuerdo: «Cada punto de CO2 que bajamos nos cuesta 100 millones». Los incentivos para la 'descontaminación' tienen que venir, pues, de fuera. Las autoridades están en ello tras el escándalo: el año que viene, la UE obligará a cambiar el método de medición de los consumos, que dejará de hacerse en los manipulables laboratorios y habrá de ser realizada en condiciones normales de conducción en carretera. Si las marcas necesitan una actualización de sus motores, eso afectará al precio.

- Los fabricantes se lo piensan: En el último salón de París ya fue noticia que en un año Toyota no hará más versión diésel de uno de sus modelos estrella, el C-HR. En los últimos meses, apuntan fuentes de la compañía, la demanda de esas motorizaciones ha caído «dramáticamente».

- ¿Merece la pena? Los cálculos varían, pero una estimación conservadora es que un diésel vale de media unos 2.500 euros más que su contraparte en gasolina, pero consume menos y es un 25% más eficiente. Es decir, que con un litro de diésel se recorre un 25% más que con uno de gasolina. El mantenimiento, eso sí, es más caro. Y la diferencia en el precio del combustible fluctúa mucho. La recomendación clásica: si prevé que en toda la vida útil del coche alcanzará los 200.000 kilómetros, el diésel le saldrá a cuenta. Si no, no.

Pero a ese cálculo tradicional hay que añadirle otro. Si los motores diésel son cada vez más vigilados por las autoridades y en las grandes ciudades empiezan a ponerles barreras, los modelos de gasóleo se devaluarían en el futuro; el valor residual del coche de segunda mano, algo a tener en cuenta en el momento de la compra, podría bajar en el caso de los diésel.

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