«La economía riojana desacelera y vuelve a saldos negativos», advierte la Cámara

Con la claridad habitual pero con una dosis de contundencia mayor que en otras ocasiones, Ruiz-Alejos desmenuzó la situación económica de la región tras presentar los resultados de la Encuesta de Coyuntura Empresarial de La Rioja del segundo trimestre, un sondeo que refleja, advirtió, que «después de dos años con saldos positivos, la economía riojana regresa a los números negativos».

Tras admitir que «La Rioja está creciendo y progresando económicamente bien, en torno al 3% del PIB, lo que demuestra que el sistema funciona», urgió a reconocer «las debilidades muy profundas e importantes que tenemos, para corregirlas y, entre todos, resolver las deficiencias». Y a ellas se refirió en un rotundo discurso en el que desgranó con absoluta crudeza algunos indicadores.

Así, destacó que «es muy engañosa la estadística empresarial porque la tipología de empresa que se dice que crece es de 1 ó 2 trabajadores, sin el papel, la estabilidad y el empleo de las industrias y ahí estamos perdiendo», aseveró tras citar «Tabacalera, Unipapel, Lanas Stop...». «Si se cierra Altadis y abre una cafetería la estadística no varía, pero...», añadió para censurar también a quienes recurren continuamente a la comparación con el conjunto del país. «No nos sirven las comparaciones con el resto de España. A la hora de comparar no sirven Cádiz o Cáceres, sino el norte, que es donde estamos, y aquí se cierran más industrias que en el resto de nuestro entorno», defendió, para recordar que el pasado año el cierre de industrias en el País Vasco fue del 0,3% y en La Rioja, del 1,8%.

Debilidades y desequilibrios

«Crecemos al 3%, sí, pero la recaudación del Impuesto de Sociedades se redujo en abril el 50%», abundó para augurar que «hay dificultad para recuperar en un tiempo razonable el tejido industrial perdido durante la crisis». Y aún apretó más: «A la economía riojana le sobra triunfalismo y autocomplacencia. Va a costar mucho tiempo y todavía no conocemos un plan por parte del Gobierno para encarar la desindustrialización que sufre La Rioja. Respeto al Ejecutivo, pero me parece que necesitamos planes para corregir los desequilibrios, de reactivación económica y de reindustrialización», remachó.

Ruiz-Alejos no se mordió la lengua al insistir en que «tenemos una serie de debilidades que si no corregimos nos va a costar muy caro». Citó las tres 'íes', la industrialización, la inversión -«que la tenemos bajo mínimos»- y la internacionalización, un capítulo en el que, pese a reconocer el buen dato del incremento del 4,3% en las exportaciones hasta mayo, también se mostró crítico porque «en tasa de apertura estamos en el puesto 12 del país» y porque el 80% de las ventas en el exterior tienen como destino Europa. «En términos bancarios sería inasumible esa concentración de riesgos», concluyó.

Tímida desaceleración

Antes había tomado la palabra el director general de la Cámara, quien desglosó la Encuesta de Coyuntura, elaborada con más de 600 empresas. Florencio Nicolás destacó que el sondeo refleja que «el segundo trimestre de 2016 ha vuelto a arrojar síntomas que demuestran una tímida desaceleración de la economía riojana. La cifra de negocio general ha acabado en negativo, lo que no ocurría desde el primer trimestre de 2014».

Detalló que los datos más negativos fueron en Comercio (-21) y en Otros Servicios (-42), mientras que Industria y Construcción acabaron en positivo y fueron especialmente buenos los de Turismo. El segundo trimestre se cerró con un saldo negativo de 7 puntos en el conjunto de sectores, en los que se aprecia estabilidad en el empleo y los precios y estancamiento de las inversiones.

Tras desmenuzar en detalle cada uno de ellos, el director general resaltó que entre los factores señalados como limitadores de la actividad destacan la debilidad de la demanda (89%), el aumento de la competencia (50%) y las dificultades de financiación o tesorería (17%).

Respecto a la situación económica, Nicolás destacó que el 52% de los consultados la ve igual que el año pasado; para el 28% es mejor; y para el 20% restante, peor.