Rocky se entrena en la UR

El edificio Quintiliano de la Universidad de La Rioja albergó el concierto dirigido por Alfredo Rodríguez, que por un lado representaba el cierre del curso 2015/2016 y servía de plataforma de lanzamiento para el 2017.

Su cuatro por cuatro sirvió de orientación para llevar a cabo el Concertus Interruptus del la orquesta Collegium Musicum, que el latín siempre viene bien para saber de dónde vienen las palabras y para exhibir poso cultural en territorio del pedagogo de Calagurris Marcus Fabius Quintilianus.

Pero volviendo a Rocky, mientras el mito del cuadrilátero se ejercita en una pantalla, la banda echa el resto con un tema que siempre arranca un aplauso porque, no lo olvidemos, no sólo enciende los corazones de los músicos, sino los del aforo de cualquier aula magna.

Alfredo Rodríguez para en el rincón un instante, toma aire, avisa a sus chicos de que va a por todas mientras sostiene la batuta a duras penas porque sus guantes de diez onzas no están diseñados para este menester. No obstante salva los trastos con un asalto final fantástico después de rozar el KO. El delirio.

Ahora viene lo más complicado. Mantenerse. La victoria es efímera. Lo complicado es instalarse arriba. La UR lo hace con cursos de todo tipo. Cine, idiomas, campus de trabajo... y otros 23 apartados más para los gustos más heterogéneos. Julio Rubio, el nuevo rector, mantiene el tipo con la primera oferta de verano bajo su batuta, pero sin guantes de boxeo.