Borrar
Oficina de Bankia atracada el miércoles
Atraca con un destornillador una oficina de Bankia y logra 4.000 euros de botín

Atraca con un destornillador una oficina de Bankia y logra 4.000 euros de botín

El ladrón, de pelo cano, con tatuajes en las manos e identificado ya por la policía, entró a la sucursal de la calle San Millán poco antes del cierre del miércoles

Luis J. Ruiz

Viernes, 1 de julio 2016, 08:53

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El cartel de la sucursal 7515 de Bankia (calle San Millán, 13) informa de que abre todos los días hasta las 18 horas. El pasado miércoles, sobre las 19.30 horas, todos sus empleados aún estaban dentro. Acompañaban a los agentes de la policía científica que buscaban huellas en los puestos de atención al público. Una hora y media antes, justo cuando se disponían a cerrar la sucursal, había entrado el ladrón.

Varón. Pelo canoso y ondulado. Una especie de pañuelo verdoso al cuello. Camisa (de manga larga) y pantalones oscuros. Mediana edad. Con tatuajes en las manos. Sin guantes. Un viejo conocido. Identificado con un mero vistazo a la grabación de las cámaras de seguridad. Nombre y dos apellidos.

El 'arma' empleada fue un destornillador. Argumento suficiente como para que los empleados de la sucursal -los mismos que explicaban a los agentes enguantados por dónde podrían encontrar alguna huella- le entregaran 4.000 euros. Una parte en billetes y otra en monedas. Con el botín, huyó.

La Policía tardó poco en llegar. Un hombre muy delgado con tatuajes en las manos. Esa fue la descripción que fueron trasladando por los bares cercanos. En alguno, incluso, ojearon las dependencias para ver si, quizá, había arrojado allí el arma del crimen. También la buscaron entre los coches que, en batería, estaban aparcados en las proximidades.

Los dos bancos, uno a cada lado de la sucursal de Bankia atracada, estaban ocupados. Desde uno de ellos, junto a su perro, miraba insistentemente a la sucursal una mujer. «Ni idea. Sólo sé que han empezado a aparecer policías y han entrado dentro...», explicaba. Tampoco vio a nadie huir el dueño de un bar próximo que había cogido el mando a distancia de su alarma... «En dos meses que llevo abierto ya he tenido algún susto», se justificaba.

El segundo banco está cerca de Escuelas Pías. La edad media superará los 80 años. Ellos tampoco han visto nada raro «en la caja».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios