Las familias riojanas siguen recortando sus gastos, sobre todo en gas y electricidad

Los gastos de los hogares riojanos continúan sin despertar. Incluso en el 2006 se consumía más. Entonces el desembolso anual medio era de 26.728,16 euros, 569,43 euros más que ahora. Luego vinieron años de bonanza, especialmente el 2008 y el 2009, pero la alegría duró poco. A partir de ahí comenzó un periodo de declive que, salvo por un pequeño repunte puntual en el 2013, continúa sin encontrar alivio. Extremadura y Ceuta han seguido la línea de La Rioja, el resto de regiones ha empezado a airear algo más sus carteras, especialmente en alimentación, bares y hoteles.

La Rioja, paradójicamente, también gasta más en este capítulo. En concreto, hay 32,62 euros de diferencia con respecto al 2014 (0,8%); incluso en calzado y ropa (211,05 euros más). Pero esos incrementos no compensan los recortes de gasto experimentados en el apartado de vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles. Precisamente, es aquí donde los riojanos han menguado más su consumo, al menos en términos absolutos. 485,36 euros menos que un año antes, aunque porcentualmente, esta cifra sólo representa una caída del 5,5%.

Salud, enseñanza y otros bienes y servicios, que engloba cuidados personales y seguros, entre otros, copan el resto de ajustes familiares, con recortes de 129,65; 37,08 y 80,99 euros, respectivamente.

Lo cierto es que pese a lo abultado del ahorro en estos apartados, las familias de la comunidad riojana gastan 211,07 euros más (17%) en ropa y calzado, han incrementado su desembolso en 157,84 euros en cine, espectáculos y teatro, en definitiva, en ocio y cultura; y 55,85 euros en comunicaciones, sobre todo en equipos y servicios de telefonía.

En mobiliario, equipamiento del hogar y gastos de conservación de la vivienda se desembolsaron 37,83 euros más; 32,62 más en alimentos y bebidas no alcohólicas; 20,87 más en transportes; 19,82 más en bebidas alcohólicas, tabaco y narcóticos, y 8,73 en hoteles, cafés y restaurantes.

En comparación con el resto de comunidades, La Rioja gasta poco. Ocupa el puesto número trece, incluidas las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Las familias más consumistas están en el País Vasco, con un presupuesto de 33.318,44 euros, seguidas de las madrileñas (31.532,12 euros), navarras (31.356,21 euros) y catalanas (30.175,37). A la cola se sitúan Extremadura (22.493,50) y Andalucía (24.342,60). Castilla La Mancha, Castilla y León y la Comunidad Valenciana gastan menos que La Rioja.

Lejos del gasto del 2006

En el conjunto del país, el gasto medio por hogar subió el 1,4% en el 2015, hasta 27.420 euros. Es el primer aumento registrado desde el 2008 y el valor más alto de los últimos tres años. Ese año el consumo por familia alcanzó su máximo valor y con la llegada de la crisis se fue reduciendo de manera paulatina hasta el año 2014. Estadística destaca que es la primera vez desde el 2008 en que aumenta el gasto medio tanto en términos corrientes como en términos constantes.

Pese a este cambio de tendencia, el INE recordaba ayer que el gasto medio por hogar se encuentra actualmente casi 2.800 euros por debajo del 2006, lo que supone un descenso relativo del 9,3%.

En la mayor parte de los grupos analizados en esta encuesta se incrementó el gasto medio por hogar en el 2015. El mayor repunte fue para hoteles, cafés y restaurantes, donde las familias gastaron el 9,1% más de media por el mayor gasto en comidas y bebidas fuera del hogar (+9,6%, 207 euros más que en el 2014). Le siguen los grupos de mobiliario, equipamiento y otros gastos de la vivienda, con un repunte del 5,9% (65 euros más), y ocio, espectáculos y cultura, donde el gasto por hogar creció una media del 3,9% (60 euros anuales más) por el aumento del gasto en un 6,8% en vacaciones 'todo incluido' y el incremento en un 6% del gasto en artículos y equipamientos recreativos.

En sentido contrario, los únicos grupos en los que las familias recortaron sus gastos en el 2015 fueron transportes (-2,1%, 69 euros anuales menos) y vivienda (-0,4%, 37 euros anuales menos). El descenso del gasto familiar en transporte se debe, mayoritariamente, al abaratamiento de los carburantes y lubricantes, mientras que el de vivienda responde al retroceso en el gasto del alquiler imputado de vivienda (-0,9%) y electricidad, gas y otros combustibles (-0,6%). Estos recortes se vieron compensados en parte por el aumento del alquiler real de vivienda (+2%).

También durante el año pasado, los hogares dedicaron la mayor parte de su presupuesto a tres grandes grupos: vivienda, agua, electricidad y combustibles (con un gasto medio por hogar de 8.710 euros, el 31,8% del presupuesto), alimentos y bebidas y no alcohólicas (4.125 euros, el 15,1%) y transportes (3.158 euros, el 11,5% del presupuesto).