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Los agentes de Policía Local Miguel Ángel, Jesús, Tomás, Pedro y Antonio posan en comisaría junto a Carmen Munguía. / SONIA TERCERO
Héroes en el incendio  de la calle San Millán

Héroes en el incendio de la calle San Millán

Seis agentes intervinieron en el rescate de las dos mujeres desvanecidas por el fuego que se originó por un cortocircuito en el salón y que consumió un sofá

Diego Marín A.

Viernes, 20 de mayo 2016, 17:41

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Piti, el gato, empezó a bufar. Un cortocircuito había provocado una chispa que incendió el sofá del salón de la casa de Carmen Munguía, en el tercer piso del número 21 de la calle San Millán, en Logroño. Ella estaba en el baño y se desmayó a causa del humo. Eran, aproximadamente, las 19.30 horas del pasado martes. Y cuando despertó las llamas ya invadían la casa.

Carmen, de 82 años, intentó pedir ayuda, salir de la vivienda inundada de humo, pero no pudo llegar hasta la segunda cerradura de la puerta de entrada. «Con esto de los robos hemos cogido un miedo... que cerramos a cal y canto», confiesa, ya pasado el tremendo susto. «Los vecinos nos gritaban si echaban la puerta abajo», recuerda Carmen. Fueron ellos quienes llamaron al 112. Primero llegaron tres patrullas de la Policía Local con seis agentes. A la casa incendiada subieron cinco policías, guiados por el presidente de la comunidad de vecinos, que informó de que habían oído gritos pidiendo auxilio dentro de la casa.

Los recursos de bomberos y ambulancias ya se habían activado. Incluso acudió la Policía Nacional. Pero había que intervenir, podía haber gente en peligro. Abrieron la puerta dando un golpe con un extintor y sacaron el cuerpo desvanecido de Carmen hasta el descansillo. «En estado de seminconsciencia nos dijo que su hija estaba dentro y, acto seguido, con unos paños húmedos que nos facilitaron los vecinos, entramos hasta la cocina y sacamos a rastras a la otra persona, que estaba inconsciente», explica el subinspector Antonio, que ejerció de jefe de Servicio. Al bajar a las dos mujeres al portal para facilitar la atención de los servicios sanitarios, «Carmen ya se quejaba, así que pensamos que ya estaba bien», bromea Antonio.

Madre e hija fueron trasladadas al hospital San Pedro, pero les dieron el alta esa misma noche. Aún no han podido regresar a su casa y les queda un segundo trance, resolver el trámite con el seguro, pero ayer Carmen se acercó a la comisaría de Policía para conocer a sus rescatadores en un encuentro propiciado por el Ayuntamiento de Logroño y Diario LA RIOJA. «Casi era una obligación venir», confiesa la mujer, profundamente agradecida no sólo con los agentes, también con el personal sanitario y sus vecinos. «Somos un equipo, cada uno hace su función», aclara el subinspector.

«Las llamas salían del salón. ¡Qué apuro, dios mío!», lamenta Carmen. «¡No se olviden de mi hija!», pidió a los agentes que la salvaron. «Ha quedado en un susto. ¡Pero qué susto!», reconoce, convencida de que les han salvado la vida: «Sin lugar a dudas. No se podía abrir la puerta».

Jesús, otro de los agentes que intervino, resta importancia a su protagonismo: «Lo hubiera hecho cualquier compañero. No piensas en ti sino en salvar a la persona». «La Policía patrulla en la calle, es normal que llegue primero. Lo que no es normal son estas actuaciones. Hay que tomar precauciones. En caso de incendio, que un civil no se atreva a intervenir si no tiene formación», advierte Antonio. A Piti, por cierto, lo recogió después su nieto Daniel.

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