La hora de desterrar los estigmas

Una jornada con un claro tinte reivindicativo en la que participaron la alcaldesa de Logroño, Cuca Gamarra; el consejero de Políticas Sociales, Conrado Escobar; la consejera de Salud, María Martín, y la presidenta del Parlamento, Ana Lourdes González. «Queremos que la lucha contra el estigma social que pesa sobre las enfermedades mentales sea una prioridad en las agendas políticas y se concrete un plan de acción transversal para erradicarlo», subrayaron.

Esta fue la primera de las peticiones pero no la única. La Asociación Riojana de Familiares y Personas con Enfermedad Mental FEAFES-ARFES reclamó también que se respete y defienda el derecho de las personas afectadas a ser consideradas como ciudadanos de pleno derecho, que existan recursos suficientes sociales y sanitarios para el tratamiento integral y que se garantice una adecuada coordinación socio-sanitaria para mejorar las intervenciones en salud mental.

En el acto, celebrado en el centro cultural Ibercaja, también intervino la presidenta de ARFES, Carmen García, que llamó a desterrar los estigmas que tiene la sociedad en torno a las enfermedades mentales y recordó, entre otros datos, que sólo el 15% de las personas afectadas tiene un empleo, un dato que, en su opinión, refleja la discriminación a la hora de contratar a estas personas que sufren una enfermedad que la padecerán una de cada cuatro personas a lo largo de su vida.

Tras la lectura del manifiesto, Gamarra, Escobar, Martín y González sellaron la antorcha que ayer les acompañó en un tramo del Camino de Santiago (el recorrido francés).

Tras el acto institucional, familiares y afectados por enfermedades mentales se congregaron en torno a una comida-convivencia en el parque La Grajera y de ahí iniciaron la marcha hasta Navarrete, donde concluyeron la segunda etapa del camino.

La de hoy será la última de las tres jornadas incluidas en la decimocuarta edición del 'Camino de Santiago'. El recorrido partirá desde la localidad burgalesa de Viloria de Rioja y concluirá en Belorado. Ahí tendrá lugar la última comida-convivencia.

La iniciativa, que tiene su origen en el 2003, es un proyecto de carácter nacional. Aquel año, cada asociación o federación autonómica organizó las etapas del camino correspondientes a su comunidad. De provincia en provincia, los participantes fueron pasando un relevo, una antorcha formada por flores secas que denominaron 'la antorcha de la superación', símbolo del esfuerzo del colectivo por superar esta enfermedad, así como visibilizar sus capacidades en contra de las etiquetas y el estigma social que pesa sobre este problema.