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R. G. LASTRA
Viernes, 6 de mayo 2016, 23:53
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Más que satisfecho por las estadísticas acreditadas en los últimos años por la comunidad riojana tanto en recolección de unidades de sangre de cordón umbilical como en el continuo impulso a la cifra de donantes de médula, el doctor Fernando Martínez Soba, coordinador de trasplantes de La Rioja, huye de triunfalismos y autocomplacencias con un rotundo «todo es mejorable».
«Tenemos que insistir para que mejore la sensibilización social porque donar es dar vida y la mejor forma de cuidar de nuestros hijos es ayudar con la sangre de su cordón umbilical a otros seres humanos», asevera el especialista.
Tras recordar que la legislación permite, siempre que se cumplan una serie de requisitos, guardar para uso propio la sangre del cordón umbilical en un banco privado autorizado, el coordinador de trasplantes de La Rioja insiste en que «desde el punto de vista médico y científico no hay a día de hoy ninguna recomendación para guardar esa sangre para uno mismo, porque si un niño tiene posibilidad de contraer por ejemplo una leucemia, las células almacenadas tendrán el mismo defecto que las que han generado la enfermedad y no le servirán, con lo que habrá que buscarle una unidad compatible en cualquiera de los bancos de España, de Europa o del mundo».
El tratamiento frente a dicho diagnóstico es rotundo: «Nosotros tenemos que fomentar la donación de sangre de cordón umbilical para conservarla en un banco público, un banco de todos. La fortaleza del modelo de donación y trasplante reside en la universalidad de nuestro sistema sanitario, con equidad en la distribución de recursos y en que quien más lo necesita es quien lo recibe. Por eso no podemos, en un modelo que es público, universal y gratuito, introducir la donación con la finalidad única de que es para mí», defiende el experto, quién si aporta una excepción, la de las donaciones dirigidas, el trasplante de la sangre de un recién nacido para, por ejemplo, un hermano que haya contraído una enfermedad.
Martínez Soba aclara que la importancia de la conservación de las unidades de sangre del cordón umbilical reside en que «está ahí, conservada en los bancos y a disposición de quien la necesite, mientras que a un donante de médula tienes que localizarlo, llamarlo, extraerle los precursores...». Por ello admite que «hay que optimizar, no es necesario coger la sangre del cordón a todas las mamás, pero sí sensibilizar». «Tenemos que insistir para que se planteen ayudar con la sangre del cordón umbilical de su hijo a otros niños y adultos que lo necesiten, que sigue habiendo muchos. Eso es dar vida a otros y, afortunadamente, en eso hemos mejorado muchísimo», remacha.
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