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J. C.
Viernes, 29 de abril 2016, 23:39
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Nadie como la familia para saber el dolor que provoca no ya perder a un ser querido, sino que te lo arrebaten de forma tan cruel. Incomprensible para todos, sí, pero especialmente para ellos. Pepi, tía de Antonio José con la que Diario LA RIOJA ha estado en contacto desde la aparición del cuerpo sin vida de su sobrino, da fe de ello.
«Ya es hora de que alguien pague por lo que hizo...», decía cuando pasaban los meses de un crimen entonces sin resolver. Hoy, con la sentencia aún caliente, Pepi y los suyos han encontrado algo de paz en su localidad de procedencia, La Puebla de los Infantes (Sevilla), a cientos de kilómetros de Logroño.
«Ya que nadie nos va a devolver a Antonio José, por lo menos que se haga justicia», afirmaba ayer vía telefónica a este periódico. «Si los metieran en la cárcel y no salieran nunca más, mejor», sentenciaba quien hubo momentos en los que no llegó a entender la lentitud primero de la investigación policial y luego de la causa judicial.
«Cada vez que escucho decir Logroño se me viene a la cabeza todo lo vivido... ha sido y es muy duro, sobre todo para la madre», explica Pepi, quien da ya el caso por cerrado a la espera de que el tiempo, aunque han pasado tres años y medio, vaya cerrando las heridas.
La familia de Antonio José, de hecho, no pudo darle sepultura en su pueblo natal hasta el mes de febrero del 2013 después de más de tres meses en el Instituto de Medicina Legal de La Rioja por decisión judicial.
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