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Alumnos del curso de caricaturas con Pedro Espinosa al frente.
Con un seis y un cuatro

Con un seis y un cuatro

El ilustrador riojano Pedro Espinosa dirige el curso Caricaturas y retrato psicológico en el Centro Cultural Ibercaja

Miguel Martínez Nafarrate

Martes, 12 de abril 2016, 17:19

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Una mirada, una boca (con o sin dientes), unas curvas llenas de intención y un trazo dirigido por la mano con el mismo criterio de alguien a quien le guste o deteste comer caracoles. Cada uno se fija en un rasgo diferencial. Cada uno mira de una manera. Cada pincel pone su granito de arena. Cada lápiz lleva un sello en su trazo como los modelos que se ponen ante la mirada del artista.

Los ojos de Bette Davis, la boca de Stallone, la barbilla de los Douglas, la nariz de Battiato o la ceja izquierda de Catherine Turner... Y los adminículos como los lunares, las barbas, bigotes, las gafas, los flequillos...

Paralelamente al curso de caricaturas que se desarrolla en una de las aulas de Ibercaja se expone en la sala Amós Salvador el trabajo del caricaturista Raúl Fernández Calleja. Es como si existiera un trazo invisible entre las dos casas vecinas y que atraviesan los volúmenes también dactilares del monumento a los caminantes de Narvaiza. Es el artista asentado el que presenta unas formas propias, un sello particular, una huella, la misma que uno determina cuando se presenta ante los demás.

El riojano Pedro Espinosa (Logroño 1958) lleva toda la vida empuñando un lápiz y extrayendo la esencia de las personas en miles de caricaturas y encargos. Ilustrador, dibujante de cómics y colaborador de La Vanguardia, El País, Avui, Diario de Barcelona, El Jueves y autor del personaje 'Loco' en un álbum personal trata de trasladar su maestría en un curso formado por una decena de entusiastas y notablemente heterogéneo que se imparte en en el Centro Cultural Ibercaja.

Entre los artistas, hay quien llega ya con un gusto innato, quienes se acercan por curiosidad y otros, como los más jóvenes, que buscan encauzar una pasión incipiente, la chispa, como dice Pedro Espinosa, aún con trazo tembloroso.

Espinosa enfatiza que el título en el curso no sólo se habla de 'caricaturas' sino también de 'retrato psicológico' y este apellido del curso lleva a sumergir la mirada en esos trabajos como los personajes de los tebeos, los cómics de aventuras o los trabajos periodísticos. Esa inquietud que cuatro líneas bien puestas llegan a atrapar una mirada más de un segundo. Y todo por pura simplicidad o sagacidad de quien absorbe la esencia de una persona.

Apuntes del natural

Tratamos de atrapar el estudio de la figura y luego que cada uno se exprese como quiera, defiende con energía Pedro Espinosa, director del curso en Logroño que guía con naturalidad a los alumnos mientras busca algo de música clásica para rellenar un ambiente ya de por sí relajado.

Todos los martes dividen la clase en varias partes. El apunte del natural es determinante. Buscar las formas, las líneas. Todos posan, todos dibujan. Más rápido, más lento. En realidad se trata de aprender a observar, pide Espinosa. Si hay gafas o barbas de por medio, les pido que se olviden, que busquen detrás de las lentes o el pelo... Que eliminen los obstáculos.

Claro que en este trabajo, como en todos, los hay más tímidos y más desinhibidos. En la visita, el dibujante es como el de cámara de televisión o el árbitro en un partido de fútbol. Su afán es pasar desapercibido, es el dibujado el que se expone.

El don del dibujo lo tenemos todos, lo que sí se nota luego es el interés, pero en esto no hay edad como se puede ver en este curso. Hay quien llega con más o menos destreza, pero todo el mundo puede hacerlo. Aquí de lo que se trata es de observar, trabajar y repetir mucho, cita Espinosa.

Y todo se puede aprender, agrega. Todas las cosas son susceptibles de ser caricaturizadas. A mí me han pedido que haga una caricatura de un caniche y de un bebé, que es muy complicado, apunta, pero la mirada personal de cada uno... eso no se enseña, relata.

En el curso, Javier, uno de los veteranos, exhibe estilo con las tintas. Trabaja las formas de un sonriente Javi Cámara y muestra un trabajo sobre la sugerente Monica Belucci. Me lo paso bien y ahora tengo el tiempo que antes me faltaba para mi afición. La caricatura te sirve para todo. Puedes convertir alguien guapo en alguien feo y viceversa, explica. O Mónica, que llegó a esta ciudad y este taller le ha servido para integrarse. No tenía ni idea, pero ahora me encuentro muy cómoda dibujando y hasta creo que lo hago mejor de lo que pensaba. Lo más curioso es que cada uno tenemos una manera de ver las cosas y de mirar a nuestro alrededor. También Belén acude al curso para dar rienda suelta a una creatividad que tiene que desarrollar para su trabajo y lo hace acompañada por su hijo, a quien no se le da nada mal.

De observador a observado

Para este reportaje habían preparad ya un trabajo previo sobre dos rostros conocidos en la escena riojana como son el actor Javier Cámara y la alcaldesa Cuca Gamarra con resultados tan sorprendentes como divertidos, aunque en el camino también el apuntador se transformó en apuntado. ¿Vas a estar todo el rato riéndote?, preguntan. Manos a la obra. Lápices, tinta, bolis, pinceles, allá cada cual. Una cara nueva para pintar mientras el pintado se pregunta. Ya está, con estas gafotas. No, no. Acuérdate de la eliminación de obstáculos. Ya está, se fijarán en mi melena. No, no. La barbilla. Vaya, hoy no (tampoco) me he afeitado.

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