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Condenados a 21 años y medio de cárcel los autores del crimen de Vara de Rey

Condenados a 21 años y medio de cárcel los autores del crimen de Vara de Rey

La sala considera a Adrián Velasco 'El Velas' y Francisco Javier León 'El Carapán', como los responsables del asesinato con alevosía de Maria del Carmen Calderón

Larioja.com

Lunes, 15 de febrero 2016, 16:03

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El juicio por el conocido como el caso del crimen de Vara de Rey, en el que falleción María del Carmen Calderón el 17 de febrero del 2014, quedó visto para sentencia la pasada semana. Este lunes hemos conocido la decisión de la Audiencia Provincial de La Rioja. La Fiscalía pedía para los acusados 21 años y medio de cárcel y 130.000 euros de indemnización. La acusación particula , que les acusaba de asesinato y robo con violencia en casa habitada, reclamaba 28 años y medio de cárcel. Finalmente, Adrián Velasco 'El Velas' y Francisco Javier León 'El Carapán', se les considera autores penalmente responsables de un delito de asesinato con alevosía y la condena es 18 años de prisión e inhabilitación absoluta durante ese tiempo.

Las defensas reconocieron el robo en grado de tentativa y solicitaban una pena de dieciocho meses de prisión, que evidentemente no se ha aceptado.

Además, la sentencia que se ha conocido este lunes les acusa a ambos "como autores penalmente responsables de un delito de robo con violencia en casa habitada en grado de tentativa, con la concurrencia en el caso de F. J. L.M.,  de la circunstancia modificativa de responsabilidad criminal agravante de reincidencia, y con la concurrencia, tanto en A. V. Á., como en F. J. L.M., , de la circunstancia modificativa de responsabilidad criminal agravante de abuso de superioridad, a las penas, a cada uno de ellos, de 3 años y seis meses menos un día de prisión y accesoria de inhabilitación para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo".

En lo que respecta a la responsabilidad civil derivada se les condena a pagar de "forma solidaria" una indemnización de 120.000 euros, y a otra de 40.000 euros. Además, tendrán que abonar las costas del procedimiento, "incluidas las de la acusación particular".

A A.V.Á. se le va a compensar en su condena a 18 años de cárcel el tiempo ya cumplido como prisión provisional, al igual que a F.J.L.M, ambos en la cárcel desde el 17 de febrero de 2014.

Vecinos, un plan y los hechos

El fallo judicial, recurrible ante el Tribunal Supremo, considera probado que la víctima, de 53 años en el momento de los hechos, residía sola en el número 67 de la calle Vara de Rey de Logroño y entre su vecindario se comentaba que podía padecer algún trastorno, pero gestionaba con total independencia su persona y patrimonio, así lo recoge la agencia EFE.

En ese mismo edifico residía, desde mediados de 2012, A.V.A. con su novia, quienes vivían, esencialmente, del dinero que les proporcionaba la hermana de esta última y que mantenían una somera relación vecinal con la víctima, no de amistad.

La víctima encargó algún favor a este condenado, quien, en algún ocasión accedió a su domicilio para examinar el telefonillo y, según la sentencia, se convenció de que su vecina tenía mucho dinero al dar credibilidad a los comentarios que esta hacía sobre sus negocios y su dinero.

Este joven, con el ánimo de enriquecerse ilícitamente, decidió apoderarse del dinero que pudiera haber en el domicilio de la víctima, para lo que contactó con un conocido suyo, que declinó intervenir en "algo serio", por lo que buscó a F.J.L.M., con conocimientos de artes marciales y que aceptó la propuesta.

El plan ideado por A.V.A. y aceptado por F.J.L.M, según la sentencia, consistía en llamar a cara descubierta a la puerta del domicilio de la vecina cuando ella estuviera dentro con el pretexto de comprobar el telefonillo.

Entonces, según el plan, al abrir la puerta, F.J.L.M. reduciría a la víctima y la inmovilizaría, registrarían la casa para llevarse lo que hubiera de valor y, "valiéndose de toda la violencia que fuera necesaria", sacarían a la vecina la información bancaria y el número "pin" de las libretas bancarias y tarjetas de crédito.

Tras ello, tenían previsto marchase, "asegurándose, en todo caso, del modo que fuere que nadie les pudiera luego identificar", por lo que matar a la vecina era contemplado por los acusados como "algo que seguramente sería necesario para facilitar su ulterior impunidad y, en todo caso, estaban dispuestos a llevarlo a cabo".

La sentencia añade que, al abrir la puerta la víctima e ir hasta la cocina, donde estaba el telefonillo, F.J.L.M. la inmovilizó y, junto a A.V.A., la arrastraron por el pasillo hasta el dormitorio, donde la arrojaron contra el suelo, sin que tuviera posibilidad de evitar la agresión ni de huir.

Ambos acusados empezaron a desplegar actos dirigidos a acabar con la vida de la víctima, según el fallo judicial, "asumiendo cada uno de los acusados los actos que el otro ejecutaba"; y la golpearon con una pesada figura de escayola que había allí.

Al tiempo, simultáneamente o de forma inmediata, con la intención de asfixiarla, le cubrieron la cara con la alfombra sobre la que yacía y comprimieron con gran fuerza el cuello y la zona toraco-abdominal hasta producirse le muerte por asfixia por sofocación, estrangulación y compresión toraco-abdominal.

Los acusados, quienes se mancharon de sangre de la víctima en los guantes que llevaban puestos y en las cazadoras que portaban, dieron por muerta a la víctima y permanecieron en el piso para apoderarse de diversos objetos y, al registrar un armario, manipularon lo que pensaban que era una caja fuerte, pero era una centralita de un sistema de seguridad.

Esa manipulación avisó a la central de alarmas y, desde esta, a la Policía, que acudió al domicilio, llamaron a la puerta y los acusados, al percatarse de la presencia policial, salieron al balcón y accedieron a la terraza del piso de al lado, donde trataron de ocultar los guantes y objetos sustraídos de casa de la víctima.

Los acusados, al ser detenidos por los policías en este último inmueble, dijeron que en la vivienda de la víctima había otras dos personas que "se la habían jugado", pero los agentes solo encontraron a la persona fallecida.

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