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Carteles pegados con los candidatos.
El cuarto diputado riojano está en la calle

El cuarto diputado riojano está en la calle

La Rioja acude este domingo a las urnas con las dudas intactas sobre el reparto final

Teri Sáenz

Sábado, 19 de diciembre 2015, 13:53

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En las elecciones precedentes, las campañas se peleaban en casas de cultura, teatros, frontones y salas multiusos con mítines donde los partidos repetían lo de siempre ante los de siempre. Los carteles de los candidatos no tenían paredes suficientes para ser pegados y el resultado se anunciaba más o menos escrito de antemano beneficiado por la Ley Dhont y unos aspirantes al bipartidismo sin músculo suficiente para romper la estadística histórica. Cuatro años después, el escenario y las expectativas han mutado de forma drástica en La Rioja.

A punto de acudir a los colegios electorales, el desarrollo de la campaña ha adoptado un perfil inédito y el resultado definitivo se antoja más abierto que nunca en el punto medular de la circunscripción riojana: conocer si las formaciones emergentes lograrán arrebatar el cuarto diputado que PP y PSOE se han repartido históricamente.

El grueso de las encuestas apuntan dentro de una enorme volatilidad que sí. Que Cs tiene en su mano llevar a Pablo Baena hasta el Congreso. Pero ni siquiera el partido naranja da por válido el pronóstico, ya que tampoco renuncia a un segundo escaño.

Garantizado que Emilio del Río obtendrá el pasaporte a Madrid y prácticamente hecho que la número 2 de la lista popular, Concepción Bravo, hará lo propio, el PP sigue confiado en mantener la tercera acta en la figura otra vez de Juan Antonio Abad.

Por el PSOE, César Luena también confía en que su partido vuelva a conseguir un segundo asiento sin cerrar la puerta al tercero y Podemos se aferra a la remontada para lograr que al menos Sara Carreño arrope a Pablo Iglesias la próxima legislatura. Las cuentas, definitivamente, no cuadran.

El resultado de la ecuación estará en la mano de los más de 247.000 riojanos llamados este domingo a las urnas. Y sobre todo, en aquellos indecisos que aún meditan por quién decantarse.

Para intentar convencerles, las formaciones han salido a la calle. Tantos los partidos clásicos como los de nuevo cuño han preferido huir de fanfarrias y eventos multitudinarios para hacer una campaña más directa, con abundancia de paseos por los barrios, reparto de propaganda en mano, encuentros de tamaño reducido, los candidatos encarnados más allá de un cartel.

La metamorfosis en la estrategia electoral obligada por el estrenado damero político ha facilitado asimismo el debate público entre las diferentes opciones. Algo tan obvio que hasta ahora parecía casi imposible en la comunidad.

La multimedia de Diario LA RIOJA ha desempeñado ahí un papel determinante, logrando reunir a los cabezas de cartel al Congreso de las cuatro formaciones con más opciones de triunfo en un debate electoral desarrollado en TVR del que sólo existía un precedente en los comicios autonómicos del 2007.

La ocasión de tomar algo tan codiciado como una fotografía conjunta y, sobre todo, tener la ocasión de confrontar cada proyecto.

Corrupción y comunicaciones

El programa, moderado por Carlos Santamaría, sirvió para compendiar las ideas-fuerza de los cuatro principales alternativas y situar asuntos como la corrupción y las comunicaciones en el centro de la diana. Mientras el PP ha hecho gala de la mejora de los indicadores económicos alertando de riesgo de experimentos sin oficio, el PSOE ha cargado el peso en la urgencia de un cambio que sólo Pedro Sánchez puede a su juicio garantizar.

Cs se ha arrogado la centralidad y la sensatez a rebufo del tirón de Albert Rivera y Podemos ha hecho suyo el malestar de los desfavorecidos para reclamar el voto. Cuatro propuestas de cambio en otras tantas versiones donde IU-Unidad Popular ha exigido también su protagonismo como la izquierda genuina y UPyD ha insistido asimismo en sus méritos por lograr la regeneración del sistema.

En clave estrictamente regional, la llegada del AVE se ha erigido como factor diferencial entre los representantes del bipartidismo que (con matices) apuestan decididamente por ello frente a las dudas de sus competidores directos. En cuanto a la corrupción, el PP se ha esforzado en despejar cualquier duda que el resto (con diferente intensidad) no han dejado de afearle.

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