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Reinares es investigador principal de Terrorismo Internacional en el Real Instituto Elcano. :: sonia tercero
«No hay que descartar que Al Qaeda y  el Estado Islámico acaben cooperando»

«No hay que descartar que Al Qaeda y el Estado Islámico acaben cooperando»

experto en terrorismo internacional

Marcelino Izquierdo

Lunes, 23 de noviembre 2015, 21:27

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Desde que el pasado 13N el Estado Islámico golpeó París con la sinrazón de la barbarie, a Fernando Reinares (Logroño, 1960) se la ha multiplicado el trabajo, y no es que tuviera poco precisamente. Y es que este riojano universal está considerado como uno de los más reputados expertos mundiales en yihadismo. Catedrático de Ciencia Política y Estudios de Seguridad de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, catedrático adjunto de Estudios de Seguridad de la Universidad de Georgetown y en la American University -ambos en Washington (EEUU)- y, también, investigador principal de Terrorismo Internacional en el Real Instituto Elcano, Reinares defiende la unidad y las acciones multilaterales para combatir el yihadismo.

El terrorismo yihadista ha ido cambiando de siglas en las últimas décadas: GIA, Al Qaeda, Estado Islámico.

El yihadismo global ha evolucionado mucho, sobre todo tras el 11-S. Estamos ante una expresión de terrorismo internacional que tiene su origen con la fundación de Al Qaeda en 1988. Antes de que concluyera la década siguiente se había consolidado y establecido vínculos con algunas organizaciones yihadistas locales como el GIA argelino. Después del 11-S, tras la intervención militar liderada por Estados Unidos, Al Qaeda perdió su santuario en Afganistán, pero no desapareció sino que siguió fomentando esos vínculos, inició una extraordinaria campaña de propaganda en Internet y se descentralizó para adaptarse a un entorno internacional crecientemente hostil. De ahí surgieron Al Qaeda en la Península Arábiga, después Al Qaeda en Irak y, más tarde, Al Qaeda en el Magreb Islámico. Al Qaeda -que nadie se confunda- sigue existiendo. A estas ramas territoriales ha añadido a Al Shabab en Somalia, al Frente Al Nusra en Siria o Al Qaeda en el Subcontinente Indio. La formación del Estado Islámico ha supuesto una mutación sin precedentes del fenómeno.

¿Cuál es la raíz y las circunstancias en las que nace y se expande el ISIS?

El Estado Islámico procede de la rama iraquí de Al Qaeda, creada diez años antes. En el 2006 impuso su dominio sobre una buena parte de la población suní de Irak. Entonces se reconfiguró como Estado Islámico de Irak (EII). Pese a que el EII, es decir Al Qaeda en Irak, entró en una fase de declive en el 2007, consiguió reconstituirse y mantener una intensa campaña de violencia terrorista, que culminó con la salida, imprudente y precipitada, de los soldados estadounidenses a finales del 2010. Al año siguiente, el EII aprovechó la guerra civil en Siria para desarrollar su actividad en este país, contiguo a Irak. Al Qaeda, en desacuerdo con el modo en que el EII actuaba en Siria, ordenó a su líder, Abu Bakar al Bagdadi, que operara como rama de Al Qaeda, el Frente Al Nusra. Bagdadi se negó y rebautizó la organización como Estado Islámico de Irak y Levante (EIIL o ISIS). En el verano del 2014, el EIIL proclamó un Califato en los extensos territorios de Siria e Irak donde había logrado imponer su control, pasando a denominarse sólo Estado Islámico. Con ello surgía, por primera vez desde que existe el yihadismo global, una matriz alternativa y rival de Al Qaeda.

Mirar de frente al yihadismo

- Estado Islámico, Daesh, ISIS...

- Prefiero llamar a las cosas por su nombre, mirarlas de frente y hacer que se las mire de frente, sin complacencias ni confusiones. Esa organización yihadista se llama desde junio del año pasado Estado Islámico.

- ¿Qué ha cambiado tras los salvajes atentados de París?

- El Estado Islámico no ha cambiado de estrategia. Tras proclamar el Califato ha tenido voluntad de ejecutar atentados tan o más letales en las sociedades occidentales como los perpetrados en Estambul, Beirut, Saná, Libia o haciendo estallar un avión ruso en la península del Sinaí. En Europa venía intentando cometer una matanza terrorista desde inicios de este año. De hecho, tenía previsto hacerlo en una o más ciudades de Bélgica, pero no lo consiguió gracias a una amplia operación antiterrorista; sin embargo, integrantes del mismo entramado terrorista del Estado Islámico lo lograron el pasado 13N en París. El Estado Islámico no ha cambiado de estrategia al atentar en el mundo occidental. Sólo la ha puesto en práctica cuando ha tenido la capacidad necesaria para ello. Lo que sí ha cambiado es que ahora los europeos son mucho más conscientes del alcance y la magnitud del desafío terrorista que plantea el EIIL. Pero se trata de una amenaza que se suma a la todavía existente de Al Qaeda. Ambas organizaciones comparten una misma ideología, el salafismo yihadista, y tienen los mismos objetivos últimos. Aunque ahora discrepen en cómo alcanzarlos, no hay que descartar que Al Qaeda y el Estado Islámico lleguen a cooperar.

- ¿Cuáles serían las medidas más efectivas para frenar lo que relevantes líderes occidentales califican de 'guerra'?

- Al Estado Islámico hay que hacerle frente, como a Al Qaeda, fuera y dentro de nuestras fronteras; no caben sino respuestas multifacéticas y que impliquen partenariados internacionales lo más amplios posibles. Fuera de nuestras fronteras, para contener y debilitar al Estado Islámico es tan necesario incidir sobre sus fuentes de financiación como recurrir a medios militares. Pero, a medida que ha pasado el tiempo y el Estado Islámico ha conseguido la aquiescencia de una parte significativa de la población sobre la que impone su orden totalitario, la necesaria intervención militar se ha convertido en una opción cada vez más complicada. Por otro lado, dentro de las fronteras de cada país, y especialmente en el ámbito de las democracias liberales, hay que adecuar nuestros instrumentos policiales y judiciales a la naturaleza del yihadismo global, más extendido y complejo que nunca, y que supone una amenaza terrorista mayor de la que jamás hemos conocido. Antes de considerar una verdadera erosión a los derechos fundamentales y las libertades públicas, queda mucho por hacer en campos como el de la calidad y la coordinación de los servicios de Inteligencia o la prevención de los procesos de radicalización que afectan a jóvenes musulmanes de nuestras propias sociedades.

- ¿Teme que atentados como los de París generen islamofobia o una oleada de pánico en Europa?

- Algo que el terrorismo yihadista pretende, siempre que actúa en las sociedades occidentales, como en París, es fracturar su cohesión interna. Crear división. Otra, inocular miedo para condicionar las actitudes y las conductas de la gente. La mejor de las reacciones posibles a este terrorismo procede de sociedades resilientes, es decir, que saben sobreponerse unidas a actos de terrorismo tan letales. Unidas pero conscientes del desafío que tienen ante sí y que no va a remitir a corto plazo. Necesitamos élites políticas y líderes en la sociedad civil que expliquen con claridad al ciudadano qué tipo de amenaza se cierne sobre nuestras sociedades, para que exista una concienciación informada y la ignorancia no añada miedo al miedo. Esto hay que hacerlo sin alarmar innecesariamente, confiados en nuestras estructuras de seguridad y en nuestra resiliencia social. Pero, también, exponiendo cuál es el problema y qué tipo de políticas son imprescindibles, nacional e internacionalmente, para mitigarlo con el fin de reducirlo a algo residual si no erradicarlo. Y sin omitir, por cierto, cuáles son los costes de llevarlos a cabo y cuáles los de no hacerlo.

Vínculos entre el 11M y el 13N

- ¿Qué similitudes ve entre el 11M en Madrid el 13N en París?

- Se trata de las más graves expresiones del terrorismo yihadista que hemos conocido en Europa Occidental. No sólo por el alto número de víctimas, también por su impacto social y político, sólo comparable al de los del 7 de julio del 2005 en Londres. En ambos casos, 11M y 13N, se trató de atentados múltiples, coordinados con la intención de provocar el mayor número de muertos. Al igual que en Madrid, en París los terroristas dirigieron su violencia contra blancos accesibles en los que había una elevada concentración de personas. En ambos casos, fueron ideados fuera de Europa pero preparados y ejecutados aquí. En ambos casos estuvieron implicados individuos que habían recibido entrenamiento en zonas de conflicto, Afganistán en el 11M y Siria en el 13N. También estaban insertos en redes más amplias, en el caso de Madrid relacionada con Al Qaeda, la matriz originaria del yihadismo global, y en caso de París con el Estado Islámico.Hay otras similitudes interesantes, como el hecho de que una parte de los miembros que ejecutaron el 13N procediese de Molenbeek, en Bruselas (Bélgica), el mismo distrito, con fuerte presencia salafista y yihadista, donde residía el nodo que el Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM) introdujo en la red del 11M y a donde se desplazaron varios de sus integrantes.

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