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El doctor Revorio, durante la charla ofrecida en la Casa de los Periodistas.
«Habría que legislar contra los padres que rechazan vacunar a sus hijos»

«Habría que legislar contra los padres que rechazan vacunar a sus hijos»

jefe de Pediatría del Hospital San Pedro

Teri Sáenz

Viernes, 9 de octubre 2015, 20:58

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Las voces que cuestionan la efectividad de la vacunación infantil vuelven periódicamente a elevarse. Para despejar todas las dudas y evitar situaciones como la del niño fallecido en Olot por difteria, el jefe de Pediatría del San Pedro participó hace una semana en una jornada informativa exprés organizada en la Casa de los Periodistas en colaboración con la Consejería de Salud. Revorio alienta a someterse a un calendario vacunal «magnífico en La Rioja» sustentado en argumentos científicos.

¿Es razonable que algunos padres rechacen vacunar a sus hijos?

Desde el punto de vista científico no hay ningún trabajo ni evidencia que avale que las vacunas posean efectos secundarios importantes. Al revés. Está demostrado médicamente el enorme beneficio de las vacunas para la salud de los niños, más allá de mínimos cuadros febriles o molestias pasajeras que puedan producirse.

¿Pueden llegar a poner en peligro al resto de la población las familias que no vacunan a sus hijos?

Si están esparcidos se produce un 'efecto rebaño' entre quienes no son vacunados, de modo que quedan protegidos secundariamente por los que sí lo han hecho. El problema puede surgir si ese colectivo es amplio y se reúne, con lo cual aumentan los riesgos de contagio.

¿Debería la administración actuar legalmente por razones de salud pública general?

Mi opinión particular es que se debería legislar contra los padres que se niegan a vacunar a sus hijos como sucede por ejemplo en Francia donde, a diferencia de España, la vacunación no es voluntaria sino obligatoria. Así como hay articulados una serie de mecanismos de defensa del niño en diferentes áreas sociales, las vacunas también les protegen y van en su beneficio.

¿Son un virtual riesgo los inmigrantes que quedan fuera de la Atención Primaria por estar en situación irregular?

A los niños se les atiende siempre y están perfectamente controlados. Cualquier menor que llega se le integra en el calendario y se le aplican las vacunas progresivamente.

Los efectos adversos se han focalizado en alguna vacuna como la del virus del papiloma humano y algún caso suscitado en Valencia.

El caso de las jóvenes a las que alude está diagnosticado ya de forma oficial como síndrome de conversión. La cuestión es que la vacuna se aplica en un momento del desarrollo en el que es frecuente que se produzcan alteraciones o síncopes propios de esa edad, al margen de que se vacune o no. Es, como por ejemplo, en el caso de la muerte súbita en bebés de entre cinco y nueve meses que es cuando empiezan la vacunación, una coincidencia exclusivamente temporal.

La confianza de los profesionales en las vacunas y su efectividad choca a veces con que los calendarios vacunales de cada comunidad varían o en función del territorio se tratan unas enfermedades u otras.

Eso es un problema político que se me escapa, aunque la tendencia es a una homogeneización total. En el plano médico, el dictamen de las vacunas aconsejadas por la Asociación Española de Pediatría (AEP) es unívoco, independientemente de la decisión que adopte cada región.

¿Por qué llega en este momento a las farmacias una vacuna contra la meningitis B? ¿Antes no era importante y ahora sí?

Hasta ahora no existía como tal. Sólo había algo parecido a nivel hospitalario y para casos concretos. Afortunadamente, ya sale a la calle y queda a criterio de los padres comprarla y consultar su uso al pediatra.

¿Y por qué si es tan relevante no se incluye en el calendario general y se deja, como también sucedía con el Prevenar, la decisión de aplicarla en manos de los padres?

A veces, medicina y economía no casan bien. El consejo de la AEP es claro, independientemente del coste. Otra cosa es que a nivel social sea factible desde la administración aplicar todas las vacunas a todos los niños. Con el neumococo y la varicela, nuestro calendario vacunal es magnífico y la investigación es continua, de manera que supongo que poco a poco se irá avanzando para asumir todas las posibilidades.

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