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MARÍA SOBRINO
Viernes, 4 de septiembre 2015, 17:01
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La presentación de la muestra 'Testigos del olvido' trajo ayer a Logroño a la delegada de Médicos Sin Fronteras (MSF) en la zona norte, Alma Saavedra. Entre cifras que quedan desfasadas casi al momento, desgranó el drama de la inmigración al que se enfrenta Europa.
¿Qué cifras maneja Médicos Sin Fronteras sobre la actual crisis migratoria?
Los últimos informes nos hablan de más de 320.000 refugiados que han llegado a Europa desde el Mediterráneo en lo que llevamos de año, un 60% de ellos proveniente de Siria. Son unas cifras de escándalo para una crisis que se encuentra con la no respuesta de las autoridades de la Unión Europea.
¿Cree que Europa permanece indiferente a este drama?
Por suerte los ciudadanos de a pie sí están reaccionando, la sociedad civil está por delante en este conflicto y aporta soluciones que los gobiernos aún no han dado. A la respuesta urgente que este drama exige, sólo han respondido con la convocatoria de una reunión el próximo día 14.
¿Qué tipo de ayuda está aportando la sociedad civil?
Hay personas que están ofreciendo su casa y voluntarios que reparten agua y comida en las estaciones de tren. Aquí en España, una serie de ciudades se están sumando a una red para ofrecer acogida a personas refugiadas.
¿Cree que ese es el camino hacia la solución del conflicto?
Por lo menos es una presión hacia las autoridades. Quienes tienen la llave de esto son los gobernantes y la presión de la gente es fundamental para cambiar sus actitudes. En MSF siempre hemos tenido claro que hablar y contar lo que ocurre es importante para evitar que estas tragedias caigan en el olvido.
¿Cree que existe una política del miedo que criminaliza a los inmigrantes?
Siempre se recurre a la expresión 'efecto llamada' y creo que esto es completamente falso. Lo que hay es un 'efecto huida' a raíz de la violencia terrible de la que estas personas son víctimas en países como Siria, Afganistán, Somalia e Iraq. Cuando la gente huye de situaciones tan críticas, no hay ninguna valla, mar o frontera que detenga a quien sólo quiere conservar su vida.
¿Qué futuro imagina a estos niños que crecerán bajo la sombra del drama migratorio?
Aunque no tenemos una postura definida en MSF, a título personal espero que no crezcan con odio hacia estas sociedades occidentales opulentas, que en un momento dado no supieron reaccionar a su sufrimiento. La falta de respuesta resulta especialmente estremecedora viendo las imágenes que llegan de la gente que está muriendo en el Mediterráneo, el mismo mar donde nosotros vamos a bañarnos en verano.
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