LA MARCA DE DISTRIBUIDOR SE ESTABILIZA

Hay varios factores que están acelerando este cambio de escenario. En primer lugar, la salida de la crisis, aunque sea paulatina, permite a los consumidores moverse hacia productos con marca de fabricante que, todavía hoy, son considerados de mayor calidad por buena parte de los consumidores. Por otro lado, las propias marcas de fabricante han tenido que hacer un enorme esfuerzo para ajustar precios y ser competitivos frente a las muy potentes marcas de distribuidor. Y en tercer lugar, las marcas blancas han llegado a tener una cuota tan importante de mercado, que se ha hecho insostenible mantener la misma velocidad de crecimiento.

Las marcas de distribuidor han llegado para quedarse. El hábito ya adquirido de gran parte de los consumidores, junto con los altos estándares de calidad que han alcanzado algunas de ellas, hacen difícil imaginar un retroceso sustancial.

La realidad es que a día de hoy las marcas de distribuidor son una forma más de relación de la distribución con los fabricantes, y que muchas de ellas se apoyan en industrias alimentarias con alto nivel de innovación. Por tanto, al igual que hay marcas de fabricante muy innovadoras y otras que no, también existen marcas de distribuidor que favorecen el I+D y otras que contribuyen muy poco.

Al margen de este y otros asuntos sobre los que ha girado el debate, las marcas de distribuidor y las de fabricante estarán donde los consumidores las sitúen, y la industria y la distribución tendrán que adaptarse.