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Aumentan los menores de 30 años y sin trabajo que acuden a la Cocina Económica

Las raciones repartidas aumentaron el 13% en el 2014, aunque la situación tiende a la baja durante este año

ÁFRICA AZCONA

Miércoles, 29 de julio 2015, 23:53

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Jóvenes sin trabajo y sin cumplir todavía los 30 años son los nuevos demandantes del servicio de la Cocina Económica, en cuyo comedor de Rodríguez Paterna se viene detectando un aumento progresivo de asistentes en edades cada vez más tempranas, «chicos de entre 25 y 27 años que hasta hace poco vivían con sus familias, pero a los que la emancipación acompañada del paro les ha abocado a pedir ayuda». Pero no sólo en el servicio de comida se ha notado un incremento de jóvenes sin medios, también -como refleja el último balance- en el resto de los recursos de la institución ha bajado sustancialmente la edad media.

Así, el Programa de Acogida y Atención Integral (PAAI), dirigido a personas en situación de exclusión social, ha asistido por primera vez en los últimos meses a menores de 25 años y el 45 por ciento de los acogidos en régimen de alojamiento temporal tenían entre 19 y y 45 años.

Estos datos se dieron a conocer ayer en la presentación del último informe de la Cocina Económica, referido al 2014, que sigue revelando la situación acuciante por la que están atravesando muchas familias riojanas. Hasta 1.825 personas pasaron el año pasado por el comedor, desde el que se repartieron 108.296 raciones, 14.232 más que en el 2013, según detalló Emilio Carreras, presidente de esta entidad social, que procuró atención a un total de 2.514 personas en sus cinco programas.

Los datos siguen siendo alarmantes, pero hay motivo para la esperanza, ya que como explicó, en lo que llevamos de año la situación se ha estabilizado con un pequeño descenso, que se nota ligeramente día a día. «Se va advirtiendo una mejoría, se ve en todos los aspectos y en este sentido creo que se puede afirmar que lo peor ha pasado». Sus datos indican sin embargo un aumento de personas nacionales con respecto a inmigrantes y una mayor presencia de mujeres que buscan alojamiento.

A quien no ha tenido recursos desde hace tiempo, la crisis le ha afectado especialmente y, sobre todo, a las familias que se han quedado sin trabajo, tal como se ve en el aumento de fiambreras, de las que cada día se entregan entre 50 y 60 bolsas a entornos con menores. En opinión de Carreras, la situación que se vive en Logroño es de privilegio, «pues nadie que necesite comer o cenar se queda sin alimento, algo que no ocurre en otras ciudades de gran población». La atención se extenderá pronto además a los 'sin techo', pues como se refirió, en septiembre comenzará a construirse el nuevo edificio para el que acaban de obtener licencia municipal y que permitirá que «nadie que necesite dormir bajo techo se quede sin atender».

El balance detalla que el alojamiento residencial acogió a 18 personas, entre ellas los primeros casos de mujeres con hijos, y que cien personas pasaron por el alojamiento temporal Ricardo Rodríguez, la mayoría agrupadas en familias, principalmente monoparentales (21). Asimismo el proyecto Alasca atendió a 404 personas y 67 niños se matricularon en el centro Entrepuentes.

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