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Teresa Velasco posa en su granja de Viguera con una gallina blanca y otra 'plata'. :: D.M.A.
«Hay un mercado emergente porque cada vez hay más gente interesada en lo que come»

«Hay un mercado emergente porque cada vez hay más gente interesada en lo que come»

Teresa Velasco | Granjera

DIEGO MARÍN A.

Sábado, 18 de julio 2015, 20:03

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Una granja con 540 gallinas, ese es el inicio del negocio de Teresa Velasco y Daniel Salinas y que desean llamar El Corral del Abuelo. Para finales de año completarán el proyecto con una granja escuela en la que haya una muestra de cabras, cerdos, ocas, conejos, faisanes, perdices, codornices. e incluso se puedan realizar talleres de elaboración de queso, permacultura. En el paraje Regazuelo de Viguera ya cuentan con las gallinas, además de un puñado de animales domésticos como ponis, perros, gatos y ocas.

  • Responsables Teresa Velasco y Daniel Salinas.

  • Producción Huevos camperos.

  • Precio

  • 2,7 euros la docena, con descuento si se adquiere en la granja.

  • Socios

  • 30 euros al año, 12 docenas.

  • Contacto

  • 687 13 69 03.

Teresa y Daniel vivían en Logroño y decidieron marcharse a vivir de la ciudad al campo. Son padres y quisieron trabajar «al lado de casa». «Todo empezó porque nos regalaron dos gallinas y un gallo», recuerda Teresa, que ha estudiado Turismo y se orientó hacia el «agroturismo», a algo relacionado con animales, por lo que se interesó por las gallinas camperas: metros que se necesitaban, estimación de puesta de huevos, coste de pienso. La granja ya está abierta con el objetivo de vender los huevos de las gallinas camperas y, posteriormente, completar el negocio con actividades con animales enfocadas a los escolares.

Ya venden directamente al consumidor por docenas y pronto empezarán a hacerlo a pequeñas tiendas y restaurantes. También conciben la idea de un club de clientes en el que por 30 euros al año se reparten doce docenas anuales. La principal característica de este tipo de granjas es que se procura una calidad de vida óptima a los animales, que están en libertad, alimentados de forma natural y con espacio suficiente, cumpliendo la normativa de un máximo de nueve gallinas camperas por metro cuadrado.

«Yo quiero ir más allá, conseguir criar gallinas en libertad y de manera natural, pero actualmente no existe normativa sobre este aspecto», dice Teresa. La diferencia es el trato y el manejo de los animales. «Cada granjero actúa libremente. Yo quiero que tengan más horas de patio y la posibilidad de comer vegetación y verduras. Buscamos menos rentabilidad pero más calidad», reflexiona Teresa. Las gallinas alimentadas con pienso, por sus minerales, son más productivas, pero la alimentación vegetal favorece que la calidad del huevo sea mayor.

La estimación que maneja El Corral del Abuelo es que cada una de sus gallinas pondrá una media de 320 huevos anuales, así que su producción puede ser de unos 172.800 huevos al año. Dieciséis horas de luz y ocho de sueño son la necesidad de estas gallinas, cuya puesta también depende de la climatología. Las granjas de gallinas ponedoras están aflorando en La Rioja. «Cuando empezamos a interesarnos sólo había una granja ecológica, pero ya han abierto más. Creo que hay un mercado emergente porque cada vez hay más gente interesada en lo que come», opina Teresa, aunque cuentan con el handicap de que, cuanto mayor es la calidad de la alimentación, mayor gasto supone, «y hay gente que aún no puede permitírselo, pero cada vez hay más demanda». «Si la crisis nos lo permite, hay mercado para todas las granjas porque quien prueba estos huevos ya no quiere otros», afirma la granjera. Y describe los suyos como «los de los abuelos, con el sabor de antes, es más compacto, con cáscara más dura y una yema más rojiza; sobre todo, la diferencia se aprecia al freírlos».

Han ajustado al máximo los costes evitando intermediarios y sin mermar la calidad: «El llenado de los comederos es manual, lo hago yo misma, también distribuyo los huevos, hemos buscado los cartones más económicos dentro de una calidad. Todo para ofrecer «un buen precio al cliente»: 2,7 euros la docena para los no socios de su granja. Disponen de permiso y espacio para tener más gallinas pero, de momento, sus esfuerzos se enfocan en crear una granja escuela en la que recibir visitas didácticas. «Quisiéramos empezar a final del año porque tenemos que preparar primero unas instalaciones», expone Teresa Velasco.

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