La madre agredida por su hijo esquizofrénico se queja de que «no fue atendido como debía serlo»

Explicó que después de hacerle una hamburguesa, ella se fue a la cama y le dejó en el salón con la cena. Sobre las dos de la madrugada se despertó. «Vi que mi hijo estaba en la habitación con un cuchillo viniendo hacia mí. Yo estaba boca arriba y él intentaba darme con el cuchillo. Y mientras trataba de incorporarme para frenarle, me dio en el brazo. Luego, sin mediar palabra, se fue a la calle». Preguntada acerca de por qué se había despertado, la madre aseguró que abrió los ojos «sin más, porque llevo tantos años sin dormir bien...».

Tres días antes del suceso, el joven acusado había salido del psiquiátrico, donde había estado ingresado por un nuevo brote psicótico. Al salir le preguntó al psiquiatra por el estado de su hijo y «me dijo que estaba fatal, pero que no podía hacer otra cosa». La madre, que renuncia a cualquier indemnización, explicó que su hijo ya había protagonizado episodios violentos, pero nunca contra ella. Aun así cree que lo hizo sin ser consciente de ello, «simplemente atacaba a las voces que tenía en su cabeza».

Antes de concluir su testimonio, explicó que no tiene miedo al acusado, «pero sí al sistema. Si él está tratado no le tengo miedo, me asusta que pase lo que pasa ahora; sólo quiero que mi hijo se cure», insistía.

El acusado, que declaró durante unos escasos minutos, dijo no acordarse de nada de lo que había hecho esa noche. «Me han comentado lo que sucedió, que entré con un cuchillo y se lo clavé a mi madre». También comentó que había estado ingresado, al menos, en dos ocasiones. La última, pocos días antes de aquel 13 de enero. Por entonces, según reconoció, era consumidor de 'speed'.

Por la sala de vistas, antes de que el caso quedara visto para sentencia, desfilaron forenses y agentes de la Guardia Civil que ratificaron el estado en el que se encontraba el acusado. «Estaba poco hablador y con la mirada perdida», comentó uno de los testigos que participó en la detención del joven.

Para la Fiscalía, los hechos constituyen un presunto delito de homicidio en grado de tentativa y solicita la pena de internamiento del acusado en un entro psiquiátrico por un tiempo de diez años. La acusación pública, que aplica la circunstancia eximente completa de anomalía psíquica y la agravante de parentesco, reclama además que el acusado no se acerque a menos de 50 metros de su madre durante el tiempo de internamiento y cinco años más.

Por su parte, la acusación particular pide tres años de internamiento en un centro psiquiátrico y la defensa, dos. Esta última por un presunto delito de lesiones.