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Javier Acedo, Isabel Gómez, Sivila Landa y Fernando Fernández, cuatro abogados que hacen guardias, frente al Palacio de Justicia de Logroño.
El precio de la justicia gratuita

El precio de la justicia gratuita

Los letrados que atienden las guardias en La Rioja recuerdan el carácter social y voluntario de ese trabajo y exigen que se actualice el baremo que fija su retribución

Luis J. Ruiz

Sábado, 27 de junio 2015, 22:43

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Lo primero es delimitar conceptos. Una cosa es el turno de oficio y otra la guardia. El primero no es sino un listado al que se apuntan los abogados y que entra en juego cuando alguien necesita un letrado, no conoce a ninguno y pide que le asignen uno. Las guardias son diferentes. Vendrían a ser la particular 'labor social' de los abogados. Hasta 1974 se llamaba 'defensa de pobres' y por ella no cobraban nada. Ahora sí cobran y lo hacen, en la mayor parte de los casos, gracias al sistema de justicia gratuita, que asegura la defensa de quienes no tienen recursos y que traslada al Ministerio o a las comunidades el abono de las compensaciones que reciben los letrados por ese trabajo.

Cada día, en La Rioja hay 18 letrados de guardia. Dos se encargan de la asistencia al detenido, dos para juicios rápidos y otros dos para casos de violencia de género por partido judicial (Logroño, Haro y Calahorra). Todo es voluntario. Nadie les obliga a estar adscritos al servicio de guardia y, además, pueden elegir estar (o no estar) en una o varias de las especialidades. «Las guardias las organiza el Colegio», explica Isabel Gómez, vocal del Ilustre Colegio de Abogados de La Rioja (ICAR), que recuerda que la primera asistencia al detenido, la presencia de un letrado cuando el cliente está en el centro de detención (comisaría, cuartel de la Guardia Civil...) siempre es gratuita. Las actuaciones siguientes las pagará -o no- en función de su capacidad económica. Todo empieza con una llamada de teléfono. «Cuando una persona es detenida, el centro de detención llama para que le envíen a un abogado y va el que está de guardia, que le asiste en ese momento. Posteriormente quedará designado al que llame el juzgado a que corresponda. Lo que se suele hacer aquí es que queda asignado ese abogado que ya conoce el caso», explica la miembro de la Junta de Gobierno del ICAR.

Guardias voluntarias

«No es nada obligatorio, es todo vocacional», explica Isabel Gómez junto a otra de las portavoces del ICAR, Silvia Landa. Las dos recuerdan que es un servicio tan profesional como el que puede lograr alguien que no se acoja a la justicia gratuita, que en el servicio de guardia hay muchos letrados veteranos y que todos reciben constantes cursos de formación. «Con las guardias uno no se hace rico. En un trimestre puedes cobrar 400 o 500 euros en el mejor de los casos, que puede ser algo más si te ha tocado algún juicio rápido», explican, mientras insisten en que el Gobierno de La Rioja, pese a haber asumido las competencias, sigue aplicando los baremos del decreto del 2003 y es la única región que ha completado la transferencia y no ha actualizado esos importes.

«No ha habido ninguna modificación y somos la única región que no los ha mejorado desde la ley del 95. Lo que siguen cobrando los letrados está obsoleto. Es una reivindicación que está llegando a un límite», defienden desde el ICAR que, eso sí, destacan que «lo único bueno es que se paga puntualmente a trimestre vencido, cosa que no pasa en otras regiones».

La Rioja aplica, desde que asumió las competencias, la misma tabla de compensación a los letrados que el Estado y que data del 2003. Las diferencias son evidentes y La Rioja -como el resto de regiones que no tienen las competencias y, en determinados apartados, Valencia- marcan las compensaciones más bajas. Así, mientras que Galicia paga 102 euros por la asistencia al detenido, La Rioja abona 60; frente a los 159 euros que paga el País Vasco por un juicio de faltas, un letrado en La Rioja percibirá 70; y mientras que el departamento vasco de Justicia abonará casi 600 euros por un juicio completo de familia contencioso -un divorcio- en La Rioja se recibirán 200 por un asunto que «te puede acompañar toda tu vida profesional», dice Silvia Landa: «Si son menores y hay pensiones de alimentos, régimen de visitas...».

También son especialmente intensas las guardias de los juicios rápidos. «Te llaman, acudes y te dan un expediente que te tienes que estudiar a todo correr para ver qué opciones tienes... Esto no es como en las películas americanas...», dicen Gómez y Landa. Ahí entra en juego la experiencia y cintura de cada uno. «Lo suyo es intentar llegar a un acuerdo. Hablar con el cliente, exponerle las posibilidades y ver qué opciones tiene». Suele ser la mejor opción, dicen todos.

El informe sobre la Asistencia Jurídica Gratuita que elabora anualmente la revista La Ley refleja que la inversión de La Rioja en este apartado cayó en el 2014 a niveles de cuatro años antes y que, en el 2013, era le región que menos cantidad invertía en este capítulo a razón de 2,90 euros por ciudadano y frente a una media estatal de 4,72 euros. En el Gobierno de La Rioja el responsable de Justicia, ahora en funciones hasta conocer cómo será el nuevo Ejecutivo, es Emilio del Río. Recuerda que La Rioja es la región con la tasa de litigiosidad más baja del país, «lo que también tiene un impacto en la inversión de la justicia gratuita». Frente a las cifras de ejercicios anteriores, Del Río apunta que el crédito inicial durante este 2015 es de 1.046.356 euros y explica que, en cualquier caso, «la justicia gratuita está asegurada» para el ciudadano que solicite el beneficio incluso una vez agotado ese crédito.

Si se le da la vuelta al argumento, detrás de ese menor gasto en justicia gratuita no sólo estaría la baja tasa de litigiosidad... también podría estar la baja compensación de quienes dejan su negocio particular y asisten, por ejemplo, a una persona en un juicio rápido a cambio de 70 euros cuando un cliente 'de pago' les abonaría no menos de 250 euros.

Del Río niega que exista una desigualdad con el resto de letrados nacionales: «Lo que reciben es lo que está fijado en el baremo nacional, en el territorio del Ministerio de Justicia (regiones sin competencias transferidas). No hay desigualdad, lo que hay que es una igualdad con el baremo del Ministerio», reitera, al tiempo que asegura que en el momento en el que el departamento de Rafael Catalá modifique esas tarifas, La Rioja hará lo propio. Un 'no toca'. «Si hubiera una mejora en los ingresos podríamos elevar el baremo de la justicia gratuita, pero estamos en otra fase económica y hay que atender lo que hay que atender: la creación de empleo y las políticas sociales».

«No se puede vivir como abogado sólo con las guardias», reconocen los letrados consultados... que sólo vienen a pedir una cosa: que hacer guardias no les cueste dinero. El ejemplo más claro son las guardias de violencia de género, las que menos letrados adscritos tienen (106 frente a los 184 de asistencia al detenido). Las 24 horas de guardia se pueden convertir en tres días -o más- de actuaciones en el juzgado hasta que la víctima se encuentre en un entorno seguro. «Son trámites tan exigentes y largos que estas con el despacho cerrado una semana... por 60 euros» y ración doble de vocación.

El teléfono puede sonar a cualquier hora. «Hay un detenido en el SAF [Servicio de Atención a la Familia de la Policía Nacional]». O en el cuartel de la Guardia Civil de Torrecilla, o en el de Anguiano... O una mujer que acaba de ser víctima de una agresión por parte de su pareja necesita quien le guíe por el otro calvario, el burocrático, que ahora comienza. Son los 290 letrados que, voluntariamente, están adscritos al servicio de guardia del Colegio de Abogados de La Rioja y que estarán 24 horas pendientes del teléfono, esto es, de guardia, una vez al mes.

Hay guardias de todo tipo. Desde aquellas en las que los letrados apenas tienen algo que hacer -las menos- hasta otras en las que no tienen tiempo ni para comer. Saben que no se harán ricos, que no captarán clientes y que una guardia se puede cerrar, por ejemplo, once años después y cobrar por el seguimiento de esa década unos 200 euros; o que un caso paralice su despacho durante meses: pasó en el 11-M, pasó en la Gürtel y, en el ámbito doméstico, pasó, por ejemplo, en el caso de la joven pakistaní secuestrada por su familia en Logroño. En los tres casos la guardia fue especialmente larga...

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