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La Religión pierde alumnos en las aulas de La Rioja

La Religión pierde alumnos en las aulas de La Rioja

Hace una década, casi ocho de cada diez estudiantes elegía voluntariamente esta asignatura, en la actualidad, ni siquiera el 60% se decanta por ella

Carmen Nevot

Miércoles, 29 de abril 2015, 21:46

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La asignatura de Religión pierde fuerza en los colegios de La Rioja. Al menos así se desprende de la evolución del número de alumnos que en la última década ha optado por esta materia. La estadística del Ministerio de Educación es clara en este sentido y en el curso 2003-2004, de media, el 75,5% de los estudiantes de Primaria, ESO y Bachillerato de todos los centros de la región optó por Religión. Diez cursos después, es decir, el 2012-2013, el último analizado por el departamento que dirige José Ignacio Wert, el porcentaje de alumnos que se decantó por esta asignatura, descendió hasta el 59,7%.

Claro que las cifras tienen sus matices y los porcentajes anteriores oscilan considerablemente en función del nivel educativo del que se trate y sobre todo de la titularidad del centro. No arrojan las mismas tasas la enseñanza pública y la concertada, ni tampoco si el alumno que opta voluntariamente por la clase de Religión católica estudia Primaria, Educación Secundaria Obligatoria o Bachillerato.

De acuerdo con los datos del último informe del Ministerio, relativos al curso 2012-2013, en el primero de los niveles educativos se encuentra el grueso de estudiantes que elige esta materia. Casi ocho de cada diez alumnos (78,9%) se matriculan en Religión, en la ESO la tasa desciende al 61,2% y en Bachillerato al 39%. Una década atrás, los porcentajes también eran bastante superiores aunque también entonces eran evidentes las diferencias por niveles educativos. Nueve de cada diez niños estudiaban Religión en Primaria (91%), el 72,4% en Secundaria y el 54,5% en Bachillerato.

¿Qué ocurre con la titularidad del centro? También en este apartado la diferencia es sustancial. En los centros públicos, de media, el 43% de los estudiantes optó por esta materia, frente a los centros concertados, donde casi la totalidad de los alumnos (98,5%) cursa Religión. Unas cifras parecidas se repetían hace diez años para estos últimos centros educativos, mientas que en los públicos, la media era entonces del 60%.

Estándares de aprendizaje evaluables

  • Primaria

  • 1. Expresa con palabras propias el asombro por lo que Dios hace.

  • 2. Identifica y enumera los cuidados que recibe en su vida como don de Dios.

  • 3. Memoriza y reproduce fórmulas sencillas de petición y agradecimiento.

  • 4. Nombra y asocia, lugares y acontecimientos importantes de la vida de Jesús.

  • 5. Conoce, memoriza y reconstruye relatos bíblicos de la acción de Dios en la historia.

Del aparente declive de la Religión como asignatura de obligada oferta por parte de los centros, pero de carácter voluntario para el alumnado no se escapan el resto de comunidades autónomas. La tendencia se reproduce en todas sin excepción, aunque en algunas, como en Cataluña, la caída ha sido más notable. Con las mismas estadísticas del Ministerio de Educación en la mano, en esta región ni siquiera el 30% de los alumnos cursa Religión católica, diez cursos atrás, el porcentaje rondaba el 50%.

Estándares de aprendizaje evaluables

  • secundaria

  • 1. Argumenta el origen del mundo y la realidad como fruto del designio amoroso de Dios.

  • 2. Busca relatos bíblicos y selecciona gestos y palabras de Dios en los que identifica la manifestación divina.

  • 3. Reconoce a partir de la lectura de los textos evangélicos los rasgos de la persona de Jesús y diseña su perfil.

  • 4. Conoce y respeta que los sacramentos son acción del Espíritu para construir la Iglesia.

  • 5. Clasifica las verdades de fe contenidas en el Credo y explica su significado.

El debate acerca de la relevancia de la Religión en las aulas cobra fuerza con la reciente publicación del currículo de una asignatura a la que la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) ha vuelto a dar plena validez académica. Al igual que en la a punto de extinguirse Ley Orgánica de Educación (LOE), es de obligada oferta por parte de los centros aunque de elección voluntaria por parte de los alumnos.

Pero a diferencia de esta, con la también llamada Ley Wert, la asignatura de Religión y su alternativa Valores Sociales y Cívicos en Primaria y Valores éticos en Secundaria -sustitutas de Educación para la Ciudadanía- que seguirán siendo optativas en los seis cursos de Primaria y en los cuatro de Secundaria, a partir de ahora serán no sólo evaluables, sino que además la nota contará para la media del curso.

No obstante, los alumnos no deberán examinarse ni de Religión ni de su alternativa en las reválidas o las pruebas de evaluación externa al final de cada etapa educativa. En concreto, no deberán evaluarse de ella para obtener el título de ESO.

Rezos en clase

Al margen del hecho en sí de ofertar Religión o no, la polémica entre los detractores y los partidarios de esta asignatura ha vuelto a reavivarse con el currículo de la asignatura de Religión católica, aprobado por resolución del 11 de febrero del 2015 de la Dirección General de Evaluación y Cooperación Territorial.

En esencia, con los nuevos contenidos diseñados por la Conferencia Episcopal Española en Primaria, los profesores deberán valorar si el niño «expresa con palabras propias el asombro por lo que Dios hace» o incluso si «memoriza y reproduce fórmulas sencillas de petición y agradecimiento». En este último punto, los críticos ven la vuelta de los rezos a clase, algo que rechazan en la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño. Abilio Martínez Varea, vicario episcopal pastoral considera que esa es una interpretación errónea. Explica que cuando se habla de memorizar y reproducir fórmulas sencillas de petición y agradecimiento hay que entenderlo como «fórmulas que pertenecen al contenido de una asignatura más y, por tanto, hay que memorizar, pero no significa que se rece y se evalúe el rezo de un niño».

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