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Begoña con sus hijos :: m.f.
«Lo peor de estar sola es que la economía es una economía de supervivencia»

«Lo peor de estar sola es que la economía es una economía de supervivencia»

María Félez

Viernes, 24 de abril 2015, 23:14

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Hace poco más de medio año Begoña se vio en uno de los trances más complicados de su vida. Su pareja falleció y de repente ella se encontró con la tristeza de la pérdida, la dureza de tener que sacar adelante a tres hijos y agobiada por una situación económica que hace tambalear los cimientos de su hogar cada vez que llega final de mes.

Con un trabajo por horas y la única ayuda del sueldo de su hijo mayor, que trabaja desde hace unos meses, a esta calagurritana de 45 años la vida le ha demostrado que no es fácil llevar una casa siendo sólo un adulto el que debe tomar las decisiones.

«Es mucha carga la que tienes en el día a día. Hay que compaginar mucho mejor el tema del trabajo con el poder criar a los hijos porque no te puedes dividir y si además se unen los problemas económicos, como es mi caso, ya ni te cuento. Lo peor de todo es eso, que la economía se convierte en una economía de supervivencia», dice.

A la espera de que le llegue la concesión de la pensión de viudedad que pueda quedarle y la de orfandad de sus mellizos, Begoña ha tenido que tomar cartas en el asunto. «Mientras se decide si me queda o no viudedad y qué cantidad les corresponde a mis hijos, estamos en una situación complicada, en la que hay que tomar decisiones difíciles», cuenta. Así tuvo que sacar a los hijos del colegio concertado al que iban para reducir al máximo los gastos familiares. «Es la única manera de seguir adelante, mirando de qué cosas puedes prescindir y negociando algo con los bancos», dice segura de que de no haber sido así la situación en la que vive sería mucho peor.

Aún así, Begoña es capaz de ver el vaso siempre medio lleno. «Todas las mañanas me levanto con ganas de seguir luchando, siempre he sido muy independiente y no me resulta complicado estar sola, aunque a veces el día se te hace muy cuesta arriba», cuenta.

La educación de los pequeños tampoco es fácil. «Tú eres la que tomas las decisiones, para bien, pero también para mal y luego tienes que ser consecuente con ellas», explica. «Lo único que te salva es que sabes que siempre decides en función de lo que es mejor para tus hijos porque si no te volverías loca», comenta certera.

Aunque el apoyo moral de su familia es incondicional, Begoña es clara al respecto. «Las cosas no están para pedirle ayuda a nadie. La vida viene como viene y tienes que ser consecuente con tu historia y tirar para adelante. Todo el mundo tiene sus problemas y nadie tiene que cargar con los míos», asevera.

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