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«No te preocupes, que cuando se vaya a casa ya se le habrá ido la marca»

«No te preocupes, que cuando se vaya a casa ya se le habrá ido la marca»

Las trabajadoras que denunciaron las agresiones en la Casa Cuna describen en el juicio el "trato duro" y las "tortas" que recibían los niños

LA RIOJA / agencias

Jueves, 5 de marzo 2015, 13:00

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Las profesoras y cuidadoras que denunciaron la existencia de malos tratos a niños en la guardería de la Casa Cuna han reiterado hoy la existencia de episodios de violencia contra niños, tales como darles bofetadas, dirigirse a ellos con palabrotas y encierros en los cuartos de baño.

El Juzgado de lo Penal número 1 de Logroño ha celebrado hoy la segunda jornada de la vista oral contra las tres acusadas de ser presuntas autoras de un delito de violencia habitual a niños en la escuela infantil de primer ciclo Casa Cuna de la capital riojana.

La jornada se ha centrado en las declaraciones del grupo de cuidadoras y profesoras que estaban en la guardería cuando supuestamente ocurrieron los hechos y que, después de haber acabado el curso, presentaron una denuncia por ello.

La primera en declarar ha sido la profesora que, según dijeron las acusadas en la primera jornada, instigó a las demás en la denuncia y quien ha asegurado que alertó a la empresa Eulen, que gestiona la guardería, de lo que hacían las acusadas -una de ellas directora del centro en ese momento.

Ha asegurado que en la guardería se daban "bofetadas a los niños, empujones o se les dejaba sin desayunar como castigo".

Durante el juicio, tanto el fiscal como las defensas de las acusadas y los representantes del Ayuntamiento de Logroño y de Eulen, han incidido en el desarrollo de varios de los episodios concretos de maltrato que las denunciantes relataron ante la Policía y en sus primeras declaraciones judiciales.

Bofetada a una niña de dos años

Así, esta profesora ha detallado como escuchó una bofetada "contundente" propinada a una niña de dos años por una de las acusadas, que dejó sus dedos marcados en la cara de menor, y "le dijo a otra (acusada) que no se preocupara, que para cuando saliera del centro ya se le iba a quitar la marca".

También ha afirmado cómo presenció que la directora -una de las acusadas- agarraba fuertemente por el brazo a un niño con discapacidad y ha afirmado que, en general, la responsable de la guardería tenía "un trato despectivo" hacia los menores.

Varios abogados le han interrogado por el motivo por el que no alertó sobre esta situación a otras compañeras, a lo que ha respondido que "es trabajo y a veces no hablas porque al día siguiente tienes que ver las caras".

Ha asegurado que, desde entonces, ella trataba de coincidir en las comidas "con los niños más problemáticos"; ha afirmado que tampoco alertó a la Inspección de Educación porque "no sabía si era algo que solo hubiese visto yo" y ha señalado que no se calló por miedo a un despido porque, "de palabra", ya le habían dicho que iba a continuar al curso siguiente.

Ha reconocido que en el verano de 2013, cuando ya no tenía contrato en el centro, le dijo a una madre que le daba "pena" que llevara a su hijo a la Casa Cuna porque "en las comidas y las meriendas se trataba mal a los niños".

Mucho pollo

También ha relatado cómo habló con la directora de lo que sucedía en el centro, quien le dijo que "las cosas iban a cambiar"; y sobre que en el centro había falta de material, de comida en ocasiones y, en otras ,se incluía pollo de forma reiterada en el menú.

Otra de las cuidadoras ha insistido en que las acusadas proferían "insultos y gritos" a los niños, principalmente durante las comidas, y que ella fue testigo del episodio del "tortazo" relatado por su compañera.

También ha aludido a "frases malsonantes e insultos" hacia los niños y ha afirmado que se encerró en un baño a una niña "durante diez o cinco minutos" sin ningún tipo de supervisión, ante lo que ella no actuó porque se limitaba a hacer lo que le mandaban.

Una tercera profesora ha incidido en el "trato duro y tortas" a los niños y "cosas que no eran en absoluto pedagógicas" cuando las acusadas "se ponían nerviosas".

Ha explicado que ella estaba presente cuando una mujer que estaba en un hotel anexo a la guardería llamó a la Policía porque presuntamente se estaba maltratando a un niño.

"Zarandeando" a un menor

También ha relatado que una de las acusadas estaba "zarandeando" al menor y "unas señoras empezaron a gritar desde el hotel diciendo que no maltrataran al niño.

"Les daban bofetadas a los que les costaba comer, pero eso solo provocaba que al día siguiente los mismos niños, por miedo, estuvieran nerviosos, les volviera a costar y ellas hicieran lo mismo", ha justificado, para explicar porqué esas situaciones se producían en ocasiones con los mismos menores.

"Ellas (las acusadas) se alertaban entre sí cuando cometían un trato vejatorio hacia un niño y las demás lo comentábamos y sabíamos que era algo preocupante" hasta que presentaron la denuncia, ha indicado esta profesora, quien ha señalo que era consciente de que podía perjudicarle, pero "prefiero decir la verdad, aunque me quede en el paro".

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