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Emilio Sáez de Guinoa (UPyD). :: f. díaz
La realidad aumentada

La realidad aumentada

JORGE ALACID

Sábado, 28 de febrero 2015, 22:40

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Bisagra: dícese del herraje de dos piezas unidas o combinadas, que con un eje común y sujetas una a un sostén fijo y otro a la puerta, permiten el giro de ésta (RAE). Y tras la lección de lengua, la de historia. Bisagra: partido político que, en efecto, ejerce como gozne que permite la apertura de esa puerta llamada mayoría absoluta. Véase la Alemania de los años 80, donde tal función competía al Partido Liberal, que otorgaba el gobierno unas veces a la derecha democristiana y otras a la socialdemocracia, a cambio de que en el gabinete se sentara siempre su líder, el eterno ministro de Exteriores Hans Dietrich Genscher.

La vida de un partido bisagra se distingue por tener siempre muy presente su fecha de caducidad (en cuanto la ley electoral conspire en contra, adiós a la bisagra y adiós por lo tanto al partido, porque desaparece la función que le concede sentido) y porque suele estar más dotado de cuadros que de militantes. Es una vida dura, condenada a apuntalar a la fuerza mayoritaria y soportar sus filias y sus fobias, cuando no sus descortesías. Resiste por sentido de Estado, como en el caso de los liberales alemanes, y porque en el horizonte atisba ese tipo de regalías en forma de ministerios que compensan tanto sinsabor.

En La Rioja, como bisagra ejerce históricamente una única formación, el Partido Riojano encualquiera de sus encarnaciones. Habituado a la fría soledad de la oposición, ocupó sin embargo ciertas cuotas de poder en un par de mandatos mediante el mismo sistema: asegurar la mayoría a la fuerza menos votada en el Parlamento regional y/o el Ayuntamiento de Logroño. Así alcanzó sus días de gloria, vicepresidencia del Gobierno incluida: su Ministerio de Exteriores. Y así atrapó otros éxitos menores, porque ha seguido ese mismo esquema de propiciar mayorías absolutas, aunque sea forzando el dictamen de las urnas, en distintos ayuntamientos de cierto rango, desde Arnedo a Santo Domingo o Lardero por citar casos recientes. Se desconoce qué pauta siguen sus dirigentes para aliarse en unas ocasiones con el PSOE y en otras con sus archienemigos del PP, aunque su única estrategia parece poco sofisticada: no poner todos los huevos en la misma cesta.

Hoy, al PR+ le han salido competidores en esa posición central del mapa político, de donde nacen augurios sombríos que ponen incluso en entredicho su supervivencia como partido. Primero UPyD, luego Ciudadanos, la condición de bisagra cuenta con nuevos candidatos... que se disgustan si les etiquetan como tales. «No somos bisagra de nadie», advierten desde Ciudadanos. «Nosotros somos el cambio seguro», subrayan por su parte en UPyD. Alejado el fantasma de servir como muleta al servicio del bipartidismo, en ambos partidos se detecta una ambición común: los dos se ven representados así en la Cámara regional como en el Ayuntamiento logroñés. ¿Pero caben todos? ¿Resulta razonable un Parlamento autonómico con hasta seis fuerzas representadas? Porque si a los dos grandes (PP, PSOE) se añaden esas coincidentes aspiraciones de Ciudadanos y UPyD, a la vez que sumamos las expectativas generadas por Podemos e Izquierda Unida, esa media docena de grupos con representación aflora con naturalidad y aún es un vaticinio que se queda corto: también habrá que contar con el PR+, como recuerdan los propios regionalistas. «Entramos en Logroño y en el Parlamento seguro», garantizan.

Así que PR+, UPyD, Ciudadanos... Los tres pronostican una mañana soleada al día siguiente del 24M y los tres reaccionan al unísono ante la pregunta clave: a qué partido otorgarían su apoyo si éste significase abrir la puerta de la gobernabilidad. Ser por lo tanto bisagra de verdad. «Nosotros no pactamos con siglas, sino con proyectos», alertan en UPyD. «Ahora mismo, sería complicado pactar tanto con el PP como con el PSOE», agregan en Ciudadanos. Sólo el PR+ despeja esa incógnita: con un PP liderado por Sanz, no hay nada que hablar. Lo cual es también una puerta abierta a un PP pilotado por otra persona. Por otra misteriosa persona.

Son palabras que deben no obstante leerse como lo que son: propósitos. Porque las palabras se pueden retorcer si el contexto lo exige: es lo que ocurre en Física cuando se trata el concepto de realidad aumentada. Según sus teóricos, tal concepto nace de combinar elementos reales y virtuales. Por ejemplo, cuanto sucede alrededor de cada partido está dominado por su propio caudal de realidad; pero al mismo tiempo esa realidad tiende a nutrirse de fantasías, de buenas intenciones. La realidad aumentada significaría un Parlamento también aumentado; pero la otra realidad, la única hoy disponible, es más prosaica: remite a un escenario fragmentado donde el destino de los grandes partidos queda en manos de los bisagra, los peces pequeños del acuario riojano. Y ya sabemos el destino del pez pequeño.

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