Borrar

La fragmentación del mundo musulmán

L.J.R.

Domingo, 25 de enero 2015, 00:03

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Un Dios, Alá; un profeta, Mahoma; y multitud de ramas y tendencias. La base es compartida y el Corán es el Corán, pero el Islam no es una religión exenta de divisiones internas en la 'umma', el cuerpo de creyentes, de fieles. Dos son las grandes familias del Islam: la chií, que es minoritaria (aproximadamente el 10 por ciento) y la suní, corriente que sigue el 80 por ciento de los musulmanes del mundo. Esta división es más histórica que teológica y deriva de la batalla que siguió al asesinato del tercer califa, Uthman (año 656) para elegir a su sucesor. Alí, primo y yerno del profeta, fue acusado de estar detrás de la muerte de Uthmán y el gobernador de Siria, Muawiya, se enfrentó contra él. La batalla quedó en tablas y acordaron someter su contencioso al juicio de unos árbitros que respaldaron a Muawiya. Alí, que quiso resistir en Irak, fue asesinado. Los seguidores de Alí ( 'shiatu Alí' o chiíes) no reconocieron a Muawiya y siguieron considerando legítimos sucesores a los descendientes de Alí y Fátima. Trasladado al escenario político actual los chiítas estarían liderados por Irán y los sunitas por Arabia Saudí.

A esa gran división hay que sumar las internas, sobre todo entre los chiítas (imamíes, alauíes, zaydíes y ismailíes). Dentro de la mayoría suní la más conocida -por ser la más radical- es la del wahhabismo, que viene a abogar por una interpretación literal, quince siglos después, de las palabras del profeta Mahoma.

«Nuestros hijos no tienen que entrar en ese conflicto. No tienen que entrar en guerras regionales», dice Tarik Azouau, que cree que detrás de esas luchas internas está en el conflicto Irán-Arabia por ser «el guardián de Occidente en esa zona. Es una guerra sectaria».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios