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Sánchez acusa a Rajoy de ser la «historia negra» de la corrupción

El secretario general del PSOE reitera su rechazo a una gran coalición con el PP pero abre la puerta a «pactos puntuales» en cuestiones de Estado

E. SÁENZ

Sábado, 20 de diciembre 2014, 23:21

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«Que se deje de historias», recomendó ayer Pedro Sánchez a Mariano Rajoy como réplica a la afirmación del presidente español de que la crisis ya es historia. «Su única historia -argumentó abundando en el juego de palabras- es la del fraude electoral después de subir impuestos cuando prometió bajarlos, la de la reforma laboral que derogaremos al llegar al Gobierno y la de la financiación irregular que ha hecho a ésta la legislatura de la Gürtel». «Es la historia negra de la corrupción», resumió ante las cerca de 400 personas que asistieron a la asamblea abierta celebrada en Riojafórum donde el líder socialista se sometió a más de treinta preguntas del público. Entre ellas, las relacionadas con la transparencia respecto a la cual Sánchez se mostró rotundo. «No todos los políticos somos iguales, porque yo no me siento en una sede pagada con dinero negro», dejó como titular para insistir en las diferencias con el otro gran partido: «Nuestras cuentas están en la web del PSOE; las del PP en Suiza y la Audiencia Nacional».

La reiterada y vuelta a negar virtual gran alianza con los populares tampoco escapó del debate -«al enemigo ni agua, que se hunda hasta abajo del mar», le exigió uno de los asistentes- donde Sánchez sí vio factible alcanzar «pactos puntuales» en cuestiones nucleares que traspasan la legislatura como, por ejemplo, la educación. «Se puede discrepar, pero hay que ser conscientes de que deben acordarse con otras formaciones buenas cosas para el futuro del país», razonó haciendo hincapié en el sentido de estado y la tracición de diálogo que ha identificado al PSOE.

Un acercamiento que a su juicio debería contemplar la reforma constitucional que Rajoy niega. «Es él quien ataca la Constitución al recortar derechos y libertades», dijo exhibiendo un ejemplar de la Carta Magna y fijar su posición sobre una premisa: «No se trata de consolidar la diferencia de derechos, pero sí del derecho a la diferncia de los territorios».

En el turno de preguntas, los asistentes trasladaron a Sánchez una multitud de intereses por diversidad de temas. Desde la pobreza energética hasta los medios de comunicación, pasando por el blindaje de los servicios públicos, firmeza contra los desahucios, luchar contra el paro juvenil, la necesidad de actualizar la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, la revisión del Concordato con la Santa Sede o la urgencia, entre otras muchas cuestiones, de una normativa para una muerte digna.

A todas y cada una de los interrogantes, sugerencias y peticiones respondió Sánchez aprovechando la cita para hacer algunos anuncios. Entre ellos, la presentación en enero de un proyecto para garantizar una Renta Básica de Inserción, no universal, pero sí para todas la familias sin ingresos. Asimismo se comprometió a que en cuatro años no existan en España situaciones de pobreza infantil y abogó por incentivar la rehabilitación como fórmula para reubicar a los desempleados de la construcción.

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