Manos Unidas lucha por la mujer

En este sentido, Juan José Omella enarboló una de las máximas de las mujeres que luchan al frente de la entidad, en la que realzan el papel de la mujer en la lucha contra el hambre. El consiliario nacional apuntó que, para ello, había que actuar en tres sentidos: «Sensibilizar a los gobiernos, sensibilizar a la población y recoger dinero para destinarlos a los ámbitos de la sanidad, la educación, la agricultura, la mujer y acción social».

De los seis proyectos, tres se realizaron en África y tres en Asia. En el país africano se construyó un albergue para chicas en el Sahel, que en principio iba a acoger a veinte mujeres y debido a la gran demanda se aumentó a cuarenta. En Kenia se amplió una escuela rural que necesitaba unos laboratorios y una segunda planta que da servicio a otras ochenta keniatas. Y el tercer proyecto fue un programa de formación en agricultura y ganadería de subsistencia para madres jóvenes en Eritrea, país que se encuentra entre los veinte más pobres del mundo y que, acuciado por la guerra durante más de cuarenta años, cuenta con un alto porcentaje de viudas, huérfanos y mutilados.

Respecto a los proyectos de la India se ayudó a 910 mujeres procedentes de barrios marginales de Tamil-Nadu con formación en la industria láctea o en granjas. Se secundó la iniciativa de Adoratrices en West Bengal, ciudad conocida por sus Barrios Rojos. Y el último proyecto, el único no finalizado, es un programa para la erradicación de la malaria en los próximos dos años en cincuenta aldeas de Orissa.

El importe total de los seis proyectos, de los que se han beneficiado directamente 19.440 personas, fue 219.385 euros, que se cubrió con creces gracias a los 224.115 recaudados por Manos Unidas. Gobierno y Ayuntamiento apoyaron a la entidad con una donación de 91.000 euros.