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UN SINDICATO  EN HORAS BAJAS

UN SINDICATO EN HORAS BAJAS

Desde el 2012 se han disparado las diferencias entre las 'familias' de CCOO... que hablan de «discusiones propias de la labor sindical»

LUIS JAVIER RUIZ

Sábado, 12 de julio 2014, 23:55

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La punta del iceberg de Comisiones Obreras tiene nombre y apellidos: María Paz Pérez Jover. Ella es, siempre supuestamente por aquello de la presunción de inocencia, la responsable de la última crisis que ha estallado -y, sobre todo, que se ha visibilizado- en la Unión Regional de Comisiones Obreras. Es «la única responsable» si se pregunta a la Federación de Servicios a la Ciudadanía (FSC) de La Rioja... pero pasa a ser la «cabeza de turco» -la tapadera de terceras personas- si la cuestión se traslada a fuentes próximas a la investigación interna que se sigue contra la que fue hasta marzo la número dos de la federación y responsable de sus finanzas.

De las cuentas de la FSC -nacida en el 2009 tras la fusión de la de servicios y administraciones públicas y la de comunicación y transportes- faltan hasta 88.000 euros. Más o menos el presupuesto de un año. La cifra es, siempre, oficiosa. Nadie de la Ejecutiva concreta públicamente una cantidad que, puertas adentro, sí se fija en una horquilla que oscila entre los 60.000 y los 88.000 euros. Pero también hay quien, dada la capacidad económica de la FSC y el lustro largo durante el que Pérez Jover administró las cuentas -como responsable única o como adjunta-, se atreve a rebasar la barrera de los 100.000 euros.

Hojas de gastos falsas

La hojas de gastos fueron el vehículo a través del que Pérez Jover completó el desfalco. Falsificaba unas creando supuestos viajes y engordaba otras reales -después de hacer el pertinente pago al interesado-. Así, día a día, mes a mes, año a año, fue desviando a sus cuentas 'muchos pocos'. Desde la FSC dicen que lo reconoció desde el primer momento, que negocian con ella la devolución -vía que quizá podría evitar las denuncias penales- e, incluso, lo achacan a «un mal momento personal y económico». Pero el desfalco en la FSC es uno más de los múltiples frentes que CCOO de La Rioja -segunda fuerza sindical de la región con unos 9.000 afiliados- tiene abiertos. Vive en horas bajas y en busca de un complicado equilibrio tanto económico como de luchas internas.

El punto de partida es su propia estructura. Cuando se habla de Comisiones Obreras de La Rioja se habla de la Unión Regional de CCOO. Ese ente -su secretario general es Koldo González- vendría a ser algo así como los 'servicios comunes' que comparten las ocho federaciones regionales que lo componen. Cada una de ellas tiene su propio secretario general, actúa de manera autónoma y sobre ellas la cabeza visible en La Rioja de CCOO no tiene capacidad de intervención.

Las 'familias' de CCOO

A esa compleja organización hay que sumar a las 'familias', las corrientes internas que, aún coincidiendo en lo esencial, defienden puntos de vista diferentes... o incluso antagónicos. Serían tres: la 'crítica', que estaría encabezada por el responsable de la Federación de Educación, Mikel Bujanda; la 'intermedia', atribuida a Jorge Ruano (Industria); y la de Koldo González. Tres formas de concebir CCOO que, para evitar males mayores, llegaron a un acuerdo -y a un reparto de cargos- en el congreso del 2012 que renovó a González como secretario de 'consenso'. Dos años después, desde el sindicato se reconoce que ese cónclave se cerró en falso y que ahora la situación es «tan absolutamente grave que lo de la FSC va a quedar en nada».

En ese escenario, los últimos años han sido duros para CCOO. Al ambiente exterior -González reitera la «persecución» del sindicato desde la patronal, diversos grupos de comunicación y el Partido Popular, y recuerda que es «la única organización que vive de las cuotas de sus afiliados»- hay que añadir el interno: tensiones entre las corrientes, amagos de dimisión, renuncias, un expediente de regulación de empleo y el incierto futuro del FOREM -el centro para la formación y el empleo del sindicato-.

El secretario general de CCOO descarta hablar de tensiones internas para referirse a «debates», asegura no sentirse «criticado» y recalca que «incluso los asuntos más difíciles se aprueban con amplias mayorías». Es el punto de vista oficial. Mikel Bujanda -rostro crítico en el 2012- se disculpa y rechaza hablar de cuestiones internas. Jorge Ruano sí lo hace y aprovecha para aclarar que «las familias son reminiscencias del pasado» y que ahora se han diluido, aunque siguen siendo habituales «las discusiones diarias propias de la labor sindical».

Pero las sensaciones reales son otras. Lo dicen quienes no ostentan cargos, pero viven el día a día y conocen la realidad: «Situación extremadamente grave». Tanto que incluso hay quien deja entrever la necesidad de una renovación de toda la estructura de mando y que, dadas las circunstancias, quizás una gestora no vendría mal... Un punto de vista. Hay tantos como afiliados tiene Comisiones Obreras.

Esa escalada de la tensión interna tiene tres pilares fundamentales. El primero -que estuvo a punto de condicionar la reelección de González en el 2012- el pacto institucional con la patronal, UGT y el Gobierno de La Rioja en diciembre del 2011 y que molestó a los más puristas de CCOO. El segundo, el ERE al que recurrió el sindicato que afectó a a 17 de sus 31 trabajadores. La dirección acabó aplicando la reforma laboral para despedir con 20 días, y alegando causas económicas, a ocho de sus trabajadores. La tercera, el cada vez más incierto futuro del FOREM y, sobre todo, el de sus trabajadores y el mecanismo para afrontar las indemnizaciones que generaría una hipotética disolución de la fundación.

Quizás solo sea un detalle más, pero los enfrentamientos entre federaciones incluso se airearon públicamente el pasado mes de mayo a través de sendas notas de prensa en las que la federación de servicios privados criticó la «falsedad» de las denuncias de sus compañeros del sector de sanidad.

El viernes fue la FSC estatal la que, a raíz de las declaraciones de Koldo González sobre el desfalco de la FSC, no dudó en censurarle apuntando que las valoraciones de personas «vinculadas a Comisiones Obreras [...] sin responsabilidad en la FSC y sin conocimiento alguno de la investigación [...] no se ajustan a la realidad o se refieren a hechos o circunstancias que no se sustancian en la investigación abierta».

Otro frente abierto... ahora desde Madrid.

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