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El vino, como el güisqui para la nueva ley de Sanidad

La propuesta limita el consumo de cualquier bebida alcohólica en la calle por primera vez para adultos

Alberto Gil

Martes, 17 de junio 2014, 12:04

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Hace ocho años lo intentó el PSOE y ahora vuelve a hacerlo el PP. El borrador de la ley del alcohol con el que trabaja el departamento de la ministra Ana Mato pretende equiparar al vino y a la cerveza con el resto de bebidas de elevada graduación, de la misma forma que sucedía a finales del año 2007 con aquel polémico anteproyecto de la entonces ministra socialista Elena Salgado para prevenir el consumo de alcohol entre menores, que finalmente fue retirado.

El nuevo texto de Sanidad vuelve a imponer idénticas restricciones a cualquier tipo de bebida alcohólica, sin distinción de grado, centradas en las trabas a la publicidad y la promoción así como al consumo, pero, por primera vez, también por parte de los adultos. En este sentido, no será posible ingerir bebidas con más de 1,2 grados en parques, piscinas, centros escolares, espacios deportivos o recreativos, salvo en lugares acotados (como terrazas y bares). Es decir, se podrá seguir bebiendo alcohol con normalidad en bares, cafeterías y restaurantes, haya o no menores alrededor, pero no se podrá consumir una cerveza o una copa de vino en la piscina ni en el parque ni por supuesto en un colegio ni en cualquier tipo de recinto deportivo o recreativo que no disponga de cafetería.

Degustaciones populares

Así, una de las dudas más importantes que deja sobre la mesa el borrador de anteproyecto de ley es qué sucederá con las degustaciones populares, jornadas de bodegas de puertas abiertas (muy habituales en La Rioja) e incluso el consumo en concurridas calles como La Laurel, en Logroño, donde el espacio de terraza no está claramente acotado, ya que, a priori, quedaría prohibido.

La publicidad directa será igualmente limitada en vallas y mobiliario urbano en las que no haya al menos cien metros de distancia respecto a lugares frecuentados por menores. Pero, sobre todo, se prohíbe la presencia de bebidas alcohólicas en los escaparates de los comercios. Está por ver si se hace algún tipo de excepción con vinotecas o establecimientos especializados en bebidas.

Otra de las grandes novedades de la propuesta legislativa es que se imponen multas de 300 euros a los menores que consuman y que deberán asumir los padres como responsables -aunque también se prevén sanciones convalidables por trabajos para la comunidad-. Igualmente, se permitirá que la Policía pueda hacer pruebas de alcohol a los menores para comprobar si han bebido. En estos casos, necesitarán de una comunicación previa a los progenitores, pero no podrán negarse. Las sanciones más importantes serán para las empresas (bares, discotecas, tiendas...) en las que se puede demostrar la venta continuada de bebidas a menores (hasta 600.000 euros, incluso con el cierre) y también de hasta 4.000 euros a aquellos adultos que hayan suministrado alcohol a chavales.

La promoción saludable

Tampoco sería posible la promoción de los efectos saludables del consumo moderado de cualquier tipo de bebida, una vieja aspiración del sector del vino después de los múltiples estudios científicos que así lo atestiguan y de los fondos europeas que incluso hay aprobados para tal fin. De hecho la propuesta de Sanidad prevé obligar a los productores de bebidas alcohólicas a colocar una leyenda en las etiquetas que advierta de los perjuicios del consumo de alcohol, de forma similar a lo que sucede con las cajetillas de tabaco.

Los patrocinios de eventos deportivos u otras actividades similares (habituales en el sector cervecero) no quedan expresamente prohibidos, pero sí limitados a que el mensaje no pueda ser recibido mayoritariamente por menores.

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