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Un ejemplar de 'La lápida templaria' a la entrada del cementerio de Pinillos.
Los templarios de Pinillos

Los templarios de Pinillos

Pinillos de Cameros aparece en la novela de Nicholas Wilcox ‘La lápida templaria’

Pío García

Jueves, 8 de mayo 2014, 11:46

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No muchos pueblos riojanos pueden presumir de haber aparecido en un best-seller. Cuando el fotógrafo Justo Rodríguez y yo fuimos a Pinillos, un compañero del periódico, Víctor Soto, nos advirtió de que este lugar camerano aparecía en La lápida templaria, obra de un tal Nicholas Wilcox. El libro fue publicado en 1996 y reeditado en tamaño de bolsillo por la editorial Planeta en 2005. Hay ejemplares disponibles en la Biblioteca de La Rioja.

¿Quién es Nicholas Wilcox? Según la biografía que aparece en el libro, se trata de un historiador nigeriano, graduado por la Universidad de Oxford, que ha trabajado en la BBC y que pasa temporadas en la sierra de Cazorla dedicado a observar pájaros como miembro de la Royan Ornithological Society.

No se lo crean. Pese a su nombre decididamente anglosajón, don Nicholas es el seudónimo de un escritor español bien conocido, Juan Eslava Galán (Arjona, Jaén, 1948), autor de novelas como En busca del unicornio (Premio Planeta) o El mercenario de Granada. Esta obra es en realidad un divertimento sobre una misteriosa lápida templaria que oculta la clave cifrada del dominio del mundo.

¿Por qué Pinillos? Entre los muchos meandros de la historia, se sigue la pista de un monje que estuvo en Tierra Santa hacia el siglo XI y que luego profesó en el monasterio de Nájera. Una anotación al final del libro de otro fraile posterior (la tumba 53) les conduce hacia el lugar natal de sus padres, Pinillos. Allá marchará entonces el investigador protagonista para buscar el códice que ilumine el secreto de la lápida.

Eslava Galán (o Nicholas Wilcox) no escribe de oído. Estuvo en Pinillos. Lo demuestra la descripción de su iglesia, cuadrangular y corpulenta, como un cofre fuerte, con las esquinas protegidas por refuerzos cilíndricos que le prestaban cierto aspecto de fortaleza. Así que la pregunta sigue en el aire: ¿Por qué escogió Pinillos?

La respuesta nos la da el propio Eslava Galán, con el que esta semana hemos conversado brevemente por correo electrónico. Aquellas páginas las escribí efectivamente en Pinillos. Acompañaba a una amiga cuyos ancestros procedían de allí. Solo estuve un día en el pueblo, suficiente para pasear y ver las tumbas de la iglesia, responde.

Prefiero no decirles si al final encontraron o no algo en Pinillos. Cojan el libro, léanlo y, sobre todo, pasen un día en este pueblecito camerano. Lo encontrarán, según apunta bien Nicholas Wilcox, situado en una hondonada entre montañas cubiertas de prados, de bosques de roble, de repoblados pinos y de viejos hayedos. Las fotografías de Justo Rodríguez quizá sirvan para abrirles el apetito.

(*) Este fin de semana, sigue en el periódico la serie La Rioja de cabo a rabo, con el patrocinio de Bankia. El sábado 10, visitamos Nalda y Albelda, con parada en Islallana. El domingo 11 paseamos por Alberite y Clavijo-La Unión.

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