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Tareas de limpieza en una de las zonas arrasadas
«Parece como si hubieran tirado una bomba atómica»

«Parece como si hubieran tirado una bomba atómica»

Riojanos residentes en la zona de Valparaíso relatan el drama que se vive en la zona alta de la ciudad chilena

Pilar Hidalgo

Martes, 15 de abril 2014, 09:23

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La colonia riojana en Valparaíso, una de las más numerosas en el país andino con cerca de 600 miembros entre emigrados y descendientes de esos emigrantes, no se ha visto afectada por el voraz incendio que se desató en la noche del pasado sábado, según confirmaron ayer a Diario LA RIOJA en el Centro Riojano de Valparaíso-Viña del Mar. Pero pese a permanecer indemnes, no pueden evitar sobrecogerse ante el que muchos medios chilenos no dudan en calificar como el «peor incendio en la historia» de la ciudad portuaria. «Parece como si hubieran tirado una bomba atómica», señalaba ayer sobrecogida la religiosa riojana Juana García. García dirige el Colegio Español María Reina, en la cercana ciudad de Viña del Mar, que forma un continuo urbano con Valparaíso. La misionera describía un panorama ciertamente dantesco en la zona alta de la ciudad vecina, dominada por los cerros donde se hacinan las construcciones frágiles ocupadas por los sectores de población más vulnerables. «Los tejados de zinc parecen latas retorcidas», ilustró.

La magnitud del fuego ha hecho que también se haya extendido a áreas más pudientes. Juana, como casi todos en este rincón asomado al Pacífico, se volcaba en habilitar medios para proporcionar ayuda a los miles de damnificados. «La gente se ha quedado literalmente con lo puesto, sin nada de nada. Ahora muchos están en albergues, pero cuando salgan no tendrán cama, ni tazas, ni sartén», decía ayer una hora antes de mantener una reunión con otros colegios del sector para juntar «alimentos no perecibles, ropa de cama y menaje» para los afectados.

El Centro Riojano de Valparaíso-Viña del Mar también se moviliza para echar una mano. El tesorero de la entidad, Agustín Merino, detalló que «mañana (por hoy) nos reuniremos para ver cómo podemos ayudar a los damnificados». El punto de encuentro de los riojanos en Chile se ubica en el Estadio Español, una especie de club situado a caballo entre ambas poblaciones donde se reúnen todas las colectividades de España. Merino precisó que si bien la desgracia no ha tocado a los riojanos, sí lo ha hecho a otros miembros de la comunidad española y a empleados del centro.

La fatalidad no se ha cebado con la comunidad riojana en Valparaíso porque, según reconocía el presidente del centro de esta región, Félix Martínez, «hay una situación buena entre los riojanos» y no habitan en los cerros por donde el fuego ha campado a sus anchas. «Hemos visto llamaradas de hasta 15 metros de altura», aseguraba. Félix regenta una panadería en Valparaíso y a uno de sus trabajadores se le quemó la casa y otra tiene a su hijo enfermo por la inhalación de humo. «Los riojanos tenemos que ayudar y compartir con los chilenos», instaba.

Y es que, dos días después del siniestro, Agustín relataba que la situación en Valparaíso continuaba siendo «bastante caótica». «Las clases en los colegios y universidades están suspendidas, los colegios actúan como albergues y los universitarios están colaborando en los rescates». «Hoy (por ayer) se siguen viendo las llamas y los cerros se han convertido en ruinas. La desgracia es grande y triste», apostillaba Félix. Pero Juana prefiere no hundirse ante el drama y, viendo cómo la sociedad chilena se ha volcado, enfatizaba que «una de las cosas buenas es que entre tanto daño se despierta mucha solidaridad».

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