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El negociador de la Comisión Europea para el 'brexit, Michel Barnier (i), junto a su homólogo británico, David Davis. Dnie
Londres mantiene ante Barnier el póker oficial sobre el futuro acuerdo

Londres mantiene ante Barnier el póker oficial sobre el futuro acuerdo

El negociador de la Comisión Europea se ha entrevistado en Downing Street con su homólogo británico, David Davis

Iñigo Gurruchaga

Corresponsal en Londres

Lunes, 5 de febrero 2018, 21:29

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El negociador de la Comisión Europea, Michel Barnier, se ha entrevistado en Downing Street con su colega británico, David Davis. La primera ministra, Theresa May, participó en la conversación durate veinte minutos. Al final, Barnier afirmó que a Londres le “ha llegado el momento de elegir”. Pero Davis mantuvo la aspiración británica que el político francés parece descartar.

Para Barnier, “las barreras comerciales son inevitables sin una unión aduanera, y estando fuera del mercado común”. Esa será la situación de Reino Unido “en el más largo plazo”, ha dicho Davis, tras una transición de quizás dieciocho meses. Los portavoces del Gobierno describieron el punto de partida y el horizote: “Queremos lograr un acceso sin fricciones y sin tarifas, y esa sigue siendo nuestra posición.”

En la agenda de la negociación que comienza mañana en Bruselas hay pasos preliminares. El acuerdo de diciembre sobre los términos de la retirada debe ser traducido a la ley. Y en el diseño de la transición, que todos quieren, hay divergencia sobre los derechos que tendrán los ciudadanos de la UE que se establezcan en territorio británico entre el 29 de Marzo de 2019 y el fin de la transición.

Esta fase de negociación debe culminar en la reunión del Consejo en marzo y a Londres se le pide que defina con más precisión el horizonte al que aspira para que los otros gobiernos de la UE puedan dar a Barnier la línea negociadora. Ya se ha adelantado un principio: no se puede aspirar a una relación comercial que escoja sectores.

En el telón de fondo hay consecuencias legales complejas para casar un futuro acuerdo con el texto de los tratados preferenciales que ha sellado, o que está negociando, la UE con terceros países o con las normas de la Organicación Mundial de Comercio. Pero Londres mantiene el pulso: desea una relación única, “profunda y especial”, un comercio “sin fricciones ni tarifas”.

Los plazos de tiempo disponibles son cortos y la coherencia interna de la UE está en juego. Los medios británicos informan en las últimas semanas que los gobiernos de España, Holanda, Italia, Polonia, Hungría o Irlanda son partidarios de un ‘Brexit’ suave. En la muy intensa actividad diplomática de Londres hay el afán de quebrar la idea de una UE monolítica.

Esas especulaciones crecen en el terreno fértil para el frenesí de la política británica. La confirmación de que Londres abandonará también la unión aduanera ha sido celebrada por los más euroescéticos. May dijo el viernes en China que podía fomentar el comercio con aquel país sin firmar un tratado, “mientras mantenemos nuestro estrecho alineamieto con la UE, y también una unión aduanera”. No dijo ‘la’, dijo ‘una’, pero los ‘brexiteers’ se amotinaron durante el fin de semana.

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