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Portugal vota incertidumbre

DIEGO CARCEDO

Lunes, 5 de octubre 2015, 01:04

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La coalición de centro derecha 'Portugal Adelante' -integrada por el partido Socialdemócrata (PSD, liberal) y Centro democrático Social (CDS-PP, conservador) y liderada por el actual primer ministro, Pedro Passos Coelho-, que con tanto rigor aplicó en Portugal la austeridad impuesta por la crisis ha ganado, sin embargo, las elecciones y alardea ser el primer Gobierno europeo que ganó después de la austeridad. Pero su victoria es amarga e insuficiente al no haber conseguido la mayoría absoluta (116) escaños que pretendía y le garantizaría su continuidad en el poder.

Tampoco su principal adversario y alternante en el Gobierno, el Partido Socialista (PS), que obtuvo el segundo puesto en una derrota mayor de la que esperaba, lo tendrá fácil. En realidad la llave para formar una mayoría -excluida la gran coalición poco probable-, la tienen dos partidos de izquierdas -situados más a la izquierda que el PS-. el tradicional Partido Comunista (PCP), todavía con tics estalinistas heredados de la etapa de Alvaro Cunhal, y el Bloque de Izquierdas (BI), integrado por una coalición de pequeñas organizaciones radicales y alguna revolucionaria.

Los dos se han apresurado a anunciar que su condición de bisagra no hará posible en ningún caso que 'Portugal Adelante' siga en el poder. El Bloque está crecido por dos razones, la primera porque ha obtenido los mejores resultados en votos y escaños de su historia, y la segunda porque por primera vez ha desplazado al PCP como tercer grupo de la Asamblea de la República, el Parlamento unicameral que aglutina al poder legislativo. A su vez los comunistas no SE recuperarán fácilmente de su caída ni renunciarán a su negativa habitual a aliarse con otros partidos.

La mayoría de izquierdas (PS, BI y PCP) que ofrece la aritmética de los resultados será en la práctica tan difícil como que alguno de los tres respalde la investidura como primer ministro de Passos Coelho ni un nuevo Gobierno de 'Portugal Adelante'. A falta de conocerse los datos definitivos del escrutinio, sÍ puede asegurarse que, efectivamente, los portugueses han votado una incertidumbre política preocupante para el futuro inmediato y para la estabilidad que la recuperación requiere.

Efectivamente, la recuperación económica que todavía con dudas empezaba a vislumbrarse, puede verse afectada por las dudas que sin duda generarán en las próximas semanas los tiras y aflojas para la difícil formación del Gobierno. Ante la previsible dificultad para que haya un entendimiento entre los partidos parlamentarios, la salida inmediata quedará en manos del presidente de la República, Anibal Cavaco Silva.

El sistema semipresidencial le concede al Presidente unas facultades muy superiores a las de otros jefes de Estado europeos a la hora de nombrar y destituir a un Gobierno. En estas circunstancias, Cavaco Silva probablemente acabe encargando la formación del nuevo Gabinete a la coalición ganadora, que además integra a su propio partido, el PSD. Pero si es así, será una solución precaria y probablemente con fecha de caducidad.

La alternativa, los partidos de izquierdas que integran la mayoría aritmética se vislumbran a su vez incapaces de abandonar sus discrepancias y resabios y unirse para gobernar. En cambio en la oposición sí es mucho más fácil que, con el objetivo compartido de atacar al Gobierno, acaben por hacerle la vida imposible. Más cuando el nuevo Gobierno tendrá que seguir imponiendo recortes duros. Para ello, además del peso de su mayoría parlamentaria, cuentan con capacidad de movilización en las calles.

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