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Putin inaugura el gran puente que une Crimea con Rusia

Unos 14 millones de personas al año utilizarán este acceso por carretera a la península arrebatada a Ucrania en 2014

RAFAEL M. MAÑUECO CORRESPONSAL

MOSCÚ.

Miércoles, 16 de mayo 2018, 00:32

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Al volante de uno de los camiones utilizados durante las obras, un Kamaz de color naranja limpio como la patena, el presidente ruso, Vladímir Putin, recorrió ayer los casi 20 kilómetros que tiene el nuevo puente que une la Rusia continental con la península de Crimea, anexionada por iniciativa unilateral de Moscú en marzo de 2014.

«En distintas épocas históricas, incluso bajo el zar, la gente soñó con construir este puente. Volvieron a ello en los años 30, 40 y 50 -del siglo pasado-, y por fin, gracias a vuestro trabajo y vuestro talento, este proyecto, este milagro se ha hecho realidad», dijo Putin ante un grupo de trabajadores y lugareños tras arribar al puerto de Kerch, en la parte oriental de la península.

En otro de sus habituales espectáculos de autobombo mediático, el jefe del Kremlin llegó a Crimea encabezando el cortejo de camiones y coches que partió del otro lado del puente unos 20 minutos antes. Según sus palabras, la nueva conexión «permitirá la circulación cada año de 14 millones de personas y más de 13 millones de toneladas de carga».

El tráfico a través de la enorme infraestructura se abrirá hoy oficialmente para el público en general, más de seis meses antes de lo previsto, pero solo para los vehículos, en los dos carriles de ida y los otros dos de vuelta. Las vías del ferrocarril, una en cada sentido, no estarán listas hasta 2019. El puente pasa sobre el estrecho de Kerch a través de la isla de Tuzla. El adelanto sobre el gráfico establecido en un primer momento para la construcción de la autopista se debe a las prisas que ha metido Putin. La dificultad de acceso a la península, hasta ahora solo posible por vía aérea o ferri, ha estado perjudicando al sector del turismo y el presidente ruso no quería esperar un verano más a que los rusos pudieran trasladarse allí en sus automóviles particulares.

Crimea, conectada con Ucrania por vía terrestre, recibía de este país el grueso de sus turistas antes de la anexión. Ahora acuden solamente rusos y muy pocos extranjeros. De ahí que el puente se contemple como la salvación para la depauperada economía de la península.

Riesgo sísmico

Las obras, que comenzaron en febrero de 2016, han corrido a cargo de la constructora Stroygazmontazh (SGM), cuyo propietario es el magnate amigo de Putin Arkadi Rotenberg, incluido en la lista de sanciones de Estados Unidos. Fue durante mucho tiempo entrenador de judo de Putin y 'sparring'. Gracias a esa proximidad amasó su fortuna.

El proyecto para la construcción de este puente sobre el tempestuoso estrecho de Kerch, ha costado más de 3.000 millones de euros. Putin ordenó erigir la infraestructura inmediatamente después de culminarse la anexión de Crimea. Los especialistas han advertido que la zona tiene una gran riesgo sísmico, además de los embates del mar, elementos que podrían causar daños en los pilares.

Ucrania denunció ayer la inauguración del puente. Lo hizo el presidente, Petro Poroshenko, a través de un comunicado en el que expresaba el deseo de que «el invasor necesitará el puente cuando tenga que abandonar Crimea a toda prisa», y el primer ministro, Vladímir Groisman, quien advirtió que «Rusia pagará muy caro el haber pisoteado el derecho internacional». La Unión Europea se ha solidarizado con Kiev y ha condenado la decisión rusa de tender un puente con Crimea sin contar con las autoridades ucranianas. Lo califica de «violación de la soberanía» de Ucrania.

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