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A ambos lados de la imagen y esposados, la madre del menor y su pareja al comparecer ayer ante un tribunal en Friburgo. :: T. KIENZLE / afp
Los monstruos que martirizaron  a Tim se escondían en su hogar

Los monstruos que martirizaron a Tim se escondían en su hogar

Comienza en Alemania el juicio a una madre y su pareja que durante dos años ofrecieron a su hijo menor a pederastas para ser violado

JUAN CARLOS BARRENA

BERLÍN.

Martes, 12 de junio 2018, 00:33

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Hasta 10.000 euros llegó a pagar un adinerado ciudadano español, que tiene abierto un sumario y está a la espera de ser procesado, por violar a Tim. Una experiencia traumática que este niño de nombre ficticio sufrió docenas de veces desde los siete a los nueve años que tiene ahora. Tim se convirtió en carne de cañón para los pederastas de media Europa cuando su propia madre, Berrin T. de 48 años, y Cristian L., su compañero sentimental de 39 años, comenzaron a ofrecerlo para todo tipo de caprichos sexuales, hasta los más crueles, a través de 'darknet', la red oscura y clandestina de internet.

Captaban clientes con fotos y vídeos de las violaciones a las que ellos mismos sometían al pequeño. Tantas fueron las barbaridades que sufrió Tim, que la Fiscalía de Friburgo, al sur de Alemania, necesitó ayer tres horas y media para leer el pliego de acusación contra la madre y su compañero al comenzar el proceso. Se les acusa, entre otros cargos, de violación reiterada de un menor, grave maltrato infantil, proxenetismo infantil y difusión de pornografía infantil.

Hubo hasta lágrimas entre el público en la sala durante la lectura de la acusación a relevos entre dos fiscales. Tim fue víctima también de violencia física, prácticas sadistas, humillaciones y la amenaza permanente de ser enviado a un hospicio. Los clientes abusaban de él en su propio domicilio en la pequeña localidad de Staufen im Breisgau, en la Selva Negra, en un bosque cercano o, como en el caso del ciudadano español, cuyo nombre no se ha facilitado, en una villa alquilada por el interesado para sus prácticas pedófilas.

LA CLAVEUn español fue quien más pagó por abusar de Tim, de nueve años, por quien desembolsó 10.000 euros

Las pruebas en contra de la pareja son tan evidentes que ambos han confesado, aunque en la primera jornada del juicio mostraron por su víctima la misma falta de empatía que cuando la explotaban con fines lucrativos. Condenado en 2010 a cuatro años de cárcel por posesión y difusión de pornografía infantil, abusos sexuales y estafa, Christian L. afirmó ayer ante el tribunal que él mismo es «producto de una violación» y que en su infancia fue víctima también de abusos sexuales.

Explicó que su pedofilia se despertó a partir de su relación con Berrin T. y confesó que, antes que Tim, su primera víctima fue la hija de una vecina, una niña de dos años, para la que ocasionalmente hacían de canguros. En el caso de Tim sorprendió a los presentes al confesar: «Yo fui el peor de todos».

Christian L. tuvo también palabras de descargo para su pareja: «No es inocente del todo, pero la fuerza impulsora fui yo. Asumo esa responsabilidad». Reconoció también su preocupación por que, además de una larga condena, le apliquen la prisión preventiva revisable y acabe sus días entre rejas. El físico atlético del acusado, con perilla de chivo, pelo corto engominado, la mirada desafiante y su desparpajo contrastaron con el aspecto de su pareja, una mujer desgreñada, desaliñada y con sobrepeso, que se pasó la primera sesión del proceso mirando al suelo y en silencio absoluto.

Bajo tutela estatal

Tim no tendrá que declarar en el juicio. Desde su liberación en otoño pasado se encuentra bajo tutela estatal y vive en el seno de una familia de adopción. Su abogada Katja Ravat señaló a la prensa que es un niño afable, pero reservado e introvertido, que se siente a gusto en la familia que cuida ahora de él. Pero que «calla» cuando se le pregunta por su madre y «considera justo que Christian y el resto de los hombres vayan a la cárcel para largo tiempo». Tim «es consciente de que su madre le ha hecho un daño apreciable», dijo la letrada, quien valora el papel de su progenitora como «más grave» que el de quienes abusaron del niño.

Estos últimos ya han empezado a conocer las consecuencias de sus actos. El pasado abril un trabajador eventual alemán fue condenado a diez años de cárcel con prisión permanente revisable por violar dos veces al pequeño. Un sargento mayor del Ejército federal fue condenado en mayo a ocho años de cárcel por violación y posesión de pornografía infantil. Y en sendos procesos paralelos al de la madre de Tim, un albañil suizo se encuentra acusado de grave violación, un alemán es juzgado por su intención de abusar, matar y violar posteriormente el cadáver de Tim. La identificación y captura de este último gracias a una denuncia anónima posibilitó la detención de Barrin T. y Christian L. cuando se disponían a entregar al pequeño al que podía haber sido su último cliente.

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