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La sorpresa. Beatriz Sánchez, candidata del Frente Amplio, que superó el 20% y puede llevar a Guillier a La Moneda. :: mario ruiz / efe
La izquierda se rehace en Chile

La izquierda se rehace en Chile

La unión de sus principales fuerzas en torno al legado de Bachelet amenaza con derrotar a Piñera en la segunda vuelta

MARCELA VALENTE

BUENOS AIRES.

Martes, 21 de noviembre 2017, 00:46

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Una de las primeras conclusiones de los analistas, tras conocerse los resultados de la primera vuelta en las presidenciales de Chile, es que el electorado no parece haberse inclinado claramente a la derecha como preveían los sondeos -que pronosticaban un holgado triunfo para el candidato centroderechista Sebastián Piñera- sino a la izquierda.

Los datos finales de la elección mostraron que las reformas iniciadas por la presidenta socialista Michelle Bachelet en materia tributaria, laboral, de pensiones y de educación, lejos de ser rechazadas por los chilenos podrían ser aún más radicales, un diagnóstico que aumenta las posibilidades del candidato oficialista, Alejandro Guillier, en el segundo turno.

Con una cosecha decepcionante de 36,6%, Piñera, que era el favorito, deberá afrontar ahora una segunda ronda reñida y de resultado incierto ante Guillier, de centroizquierda, que obtuvo 22,7%. El candidato oficialista tiene mucho margen para crecer si capta al 30% de votantes de centroizquierda e izquierda que el domingo eligieron otras opciones.

LA CLAVEEl candidato conservador deberá decidirse entre los ultra o los democristianos para recabar apoyos

Según las empresas encuestadoras -que ayer admitieron su error- Piñera iba a sacar 44% el domingo. «Claramente sobreestimamos a Piñera y subestimamos a Sánchez», dijo uno de los directivos de CEP. Se refería así a la candidata izquierdista de la tercera fuerza, Beatriz Sánchez, la estrella del domingo al obtener un inesperado 20,2% de los votos.

Reacción a la baja

Los mercados reaccionaron ayer con dudas acerca de las posibilidades de Piñera de afrontar con éxito el desafío de evitar la radicalización del país en la segunda ronda, el 17 de diciembre. La Bolsa de Santiago se desplomó ayer -con una caída de más de cuatro puntos en promedio a mitad de jornada- y la moneda se depreció el 2% frente al dólar.

Pese a todo, Piñera celebró el primer puesto, resaltó la ventaja que obtuvo frente al segundo e hizo una llamada a trabajar por la unidad. Según el expresidente y actual candidato, Chile tiene ahora dos opciones: «o seguir el camino equivocado, que está haciendo retroceder al país, o seguir el camino que conduce a crecer con fuerza, crear empleo, mejorar el salario y las pensiones y combatir la delincuencia».

Para aumentar sus posibilidades, Piñera puede derechizar su discurso y captar a votantes del ultraderechista José Antonio Kast -que tuvo 7,9% de los votos reivindicando el legado del dictador Augusto Pinochet- o apuntar a un electorado más moderado como el que votó a Carolina Goic (5,8%), la candidata de la democracia cristiana que compitió por fuera de la tradicional concertación que gobernó Chile en seis períodos desde 1990.

Goic dijo que la decisión respecto de la segunda vuelta la tomará el partido tras un debate interno. En cambio el otro candidato centroizquierdista, Marco Enríquez Ominami (que sacó 5,7%), admitió ya que «es el momento de Guillier», no el suyo.

«Puertas abiertas»

Guillier remarcó que los chilenos que piensan en profundizar las conquistas sociales «somos más y ganaremos en diciembre». «Necesitamos reconstruir la unidad con propuestas claras», dijo y expresó su voluntad de mantener «las puertas abiertas a todos los que quieran sumarse para llegar el 11 de marzo a La Moneda (la casa de Gobierno)».

Su principal objetivo es seducir al electorado de Sánchez, que anunció el domingo que su fuerza, el Frente Amplio, «llegó para quedarse». No obstante, uno de los diputados reelectos de esa nueva izquierda, Gabriel Boric, adelantó que están dispuestos al diálogo con Guillier pero «no al cogobierno». «Sabemos que no son lo mismo que Piñera, pero tenemos diferencias sustantivas como para empezar a negociar cargos», aclaró.

Tal como se había previsto, la participación ciudadana fue escasa. Votó apenas 46% del electorado.

En cuanto a las legislativas, el nuevo sistema de proporcionalidad permitió la conformación de un Parlamento más fragmentado y diverso, sin mayorías. La fuerza de Piñera será primera minoría en ambas cámaras, seguida por el bloque del oficialismo y de la democracia cristiana. Ahora habrá además una proporción ampliada y más colorida de representantes de la nueva izquierda que pasó de tres a 20 diputados (sobre un total de 155).

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