Comienza en Nicaragua el proceso de diálogo para la reforma electoral

El Ministerio de Exteriores nicaragüense informó en un comunicado que la cita institucional es para «definir un plan operativo de actividades». En concreto, validarán un cronograma para trabajar entre los meses de julio y octubre con expertos en derecho electoral y autoridades, partidos políticos y sociedad civil. En el último trimestre de este año presentarán la propuesta de reforma electoral y en enero de 2019, tanto el Gobierno como la OEA publicarán el texto final de la misma.

Pero el antiorteguismo rechaza la negociación y ha formado una nueva coalición de organismos sociales llamando a la población a la desobediencia civil y a apoyar un paro nacional. Se prevé también que se fortalezcan los cortes de carreteras que llevan a cabo campesinos y estudiantes. «No pagar impuestos, seguro social, agua ni luz» es una de las proclamas del movimiento ciudadano que busca sacar a Daniel Ortega del poder mucho antes de que en 2022 concluya su mandato.

La oposición considera que «a estas alturas la propuesta de la OEA resulta insuficiente, solo le daría un respiro» al Gobierno, que continúa reprimiendo y creando «el caos» en el país, advirtió el exdiputado opositor, abogado y académico universitario Eliseo Núñez a la AFP. Por su parte, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) alertó de una «nueva etapa de represión» y urgió al Gobierno a desmantelar los grupos parapoliciales y a investigar y sancionar el uso de la fuerza con todo el peso de la ley.

En medio de este clima de tensión ascendente, falleció ayer a los 92 años el cardenal Miguel Obando y Bravo. Estaba retirado, pero se le recuerda como mediador en los años 70 del siglo pasado entre el dictador Anastasio Somoza y la guerrilla nicaragüense que fue liderada, entre otros, por Daniel Ortega. La Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) informó en un comunicado «el sensible fallecimiento» de Obando y Bravo, quien presidía la Comisión de Verificación, Reconciliación, Paz y Justicia del Gobierno y fue condecorado por Ortega en 2012 con la orden de la independencia cultural Rubén Darío. En 2016 el Parlamento, le declaró Prócer de la Paz y la reconciliación.

En 1970 fue elegido arzobispo de Managua y en 1985 fue ordenado cardenal por Juan Pablo II. Fue una figura controvertida. Neutral con Somoza, que nunca le perdonó que en una pastoral pidiera su dimisión, también fue crítico con el sandinismo, aunque en 2003 pudo escuchar a Daniel Ortega pedir perdón por las acciones de su Gobierno contra la Iglesia. Dos años después casó por la iglesia a Ortega y su compañera de años en la vida y el poder, Rosario Murillo.