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MARCELA VALENTE
BUENOS AIRES.
Jueves, 10 de mayo 2018, 00:14
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A pesar de la promesa de acudir de urgencia al Fondo Monetario Internacional (FMI) el Gobierno de Mauricio Macri no logró ayer frenar la crisis cambiaria que sufre Argentina. La devaluación -que ya ha superado el 13%- se siguió profundizando una jornada más. La cotización del dólar terminó en 23,10 pesos, más caro que en la víspera (22,94). Y las colocaciones de dólares a futuro que hizo el Banco Central para dar un horizonte de previsibilidad tampoco resultaron efectivas.
La nueva depreciación se produjo cuando el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, ya había llegado a Washington para comenzar las gestiones que le permitirían a Argentina obtener un crédito que refuerce sus finanzas. Pero aún se desconoce el monto del préstamo o las condiciones que impondrá el organismo internacional. De ahí que la incertidumbre continúe.
Si bien Dujovne dijo que el FMI ha cambiado sus requisitos en los últimos años, entre los analistas se daba por descontado ayer que para desembolsar un préstamo que podría llegar a los 30.000 millones de dólares (más de 25.000 millones de euros), el organismo va a exigir un mayor ajuste fiscal a través de una rebaja de subsidios y pensiones, una reducción de empleados públicos y una baja en las transferencias a la población más vulnerable.
Desde que se desató la crisis el pasado abril, el Banco Central ha perdido cerca de 8.000 millones de dólares (6.700 millones de euros) de las reservas para intentar en vano contener la fuga de divisas. La entidad, que pasó de casi 63.000 a 55.000 millones de dólares, probó también con una subida de 13 puntos porcentuales en la tasa de interés (del 27 al 40%) en pesos, pero tampoco consigue que inversores y ahorristas mantengan sus tenencias en moneda nacional.
El próximo martes vencen Letras del Banco Central. Si aun con la nueva tasa del 40% esos fondos deciden ir a refugiarse al dólar, el Banco Central tendría que entregar la mitad de sus reservas. Y de no hacerlo se produciría una nueva y más profunda devaluación.
Frente a esta perspectiva, el presidente, Mauricio Macri, anunció el martes que había autorizado una gestión con el FMI para negociar un préstamo «preventivo». Horas después partía Dujovne hacia Washington junto a un equipo de colaboradores. Los funcionarios se reunieron ayer con técnicos que siguen el caso argentino, pues la directora gerente, Christine Lagarde, estaba de viaje.
Mientras, en Argentina el anuncio no trajo alivio. Al contrario, la posibilidad de volver al FMI causa preocupación. La última experiencia de los argentinos con el organismo fue traumática. A comienzos de 2001, el FMI prestó casi 40.000 millones de dólares (33.700 millones de euros actuales) al Gobierno de Fernando de la Rúa (1999-2001) que a fines de ese año debía renunciar a su cargo.
Una de las últimas medidas de De la Rúa para frenar una crisis bancaria fue la de restringir el acceso de los ahorradores a sus depósitos, el recordado 'corralito'. La crisis desembocó en una fuerte devaluación y un colosal cese de pagos de la deuda externa. Por eso en las últimas horas algunos ahorradores con dólares en los bancos habían comenzado a colocarlos en cajas de seguridad.
En paralelo, el Congreso aprobó ayer una ley de financiamiento productivo propuesta por el oficialismo para estimular el desarrollo de las empresas. Pero también la oposición logró llevar adelante su iniciativa de frenar el 'tarifazo' anunciado este año por el Ministerio de Energía para reducir los subsidios del Estado. Macri ya advirtió de que si ese proyecto se transforma en ley lo vetará, pues representaría un inmenso gasto para el Estado.
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