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Brasil denuncia a su presidente

Brasil denuncia a su presidente

La Fiscalía presentará un escrito en el que acusa a Temer de corrupción y organización criminal

MARCELA VALENTE

Lunes, 26 de junio 2017, 00:28

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Rechazado por una inmensa mayoría de brasileños, el presidente Michel Temer será denunciado esta semana ante el Supremo Tribunal Federal por corrupción pasiva, obstrucción a la justicia y organización criminal después de que la Policía Federal presentara numerosas y «evidentes pruebas» en su contra. Se trata de un hecho inédito en la historia de Brasil. Reacio a dimitir, el mandatario se aferra a un Gobierno en agonía que arrastra al desprestigio a la mayor democracia latinoamericana.

El procurador general de la República (fiscal general), Rodrigo Janot, ya tiene lista la denuncia que podría presentar en partes o toda junta ante el máximo tribunal de justicia a partir de hoy. Se prevé que el fiscal alegue que Michel Temer era el destinatario final de un dinero que su asesor de confianza -hoy detenido- Rodrigo Rocha Loures recibió en una valija que le entregó uno de los ejecutivos de la empresa JBS, la misma que grabó al presidente y lo delató ante la Policía Federal.

La procuraduría también denunciará al mandatario por obstrucción a la justicia. El empresario Joesley Batista, dueño de JBS, reveló que Temer sabía que la empresa pagaba el silencio del exdiputado Eduardo Cunha, preso por corrupción y blanqueamiento de capitales. Batista, que llegó a un acuerdo con los fiscales para no ir a prisión, mantiene que Temer lidera una organización criminal «muy peligrosa» y que sus miembros «o están presos o están en el Planalto», la sede del Ejecutivo brasileño.

El escándalo estalló en mayo, cuando se conocieron los audios en los que Batista hablaba con Temer sobre el pago a Cunha, cerebro y ejecutor del 'impeachment' contra la expresidenta Dilma Rousseff. También fueron recogidos vídeos en los que se ve a Rocha recibiendo la maleta con dinero. Desde entonces, cada día hay nuevas revelaciones, testimonios y evidencias que incriminan al mandatario y a sus principales funcionarios en delitos de corrupción.

De acuerdo a una encuesta de Datafolha publicada ayer, el 83% de los brasileños cree que Michel Temer participó de los hechos que le incriminan. Y solo el 7% confía en su inocencia. En otras encuesta, su popularidad apenas llega al 2%. La mayoría de los consultados quiere que renuncie al cargo y que se convoquen elecciones directas, sin que medie el Congreso. Sin embargo, es probable que ese deseo deba esperar. Una vez que la denuncia de Janot se presente ante el Tribunal, los jueces deben pedir al Congreso que apruebe la apertura del proces; se requieren dos tercios de los votos para la apertura y Temer ya trabaja para abortarla.

Sin credibilidad

Según denunció en los últimos días la Fundación Konrad Adenauer de Brasil, Michel Temer está más preocupado por contener daños que por gobernar. «El presidente perdió credibilidad y consigue mantenerse en el poder mediante maniobras políticas cuestionables», declaró la organización alemana. Hasta ahora y pese a los continuos reveses, el Gobierno había logrado mantener el apoyo de los mercados financieros, que pujan para que se apruebe una reforma laboral y otra previsional que -argumentan- contribuiría a reducir el gasto público y a bajar el paro. Temer insistió por activa y por pasiva que iba a aprobar ambas normativas, pero la semana pasada sufrió una derrota en una de las comisiones legislativas que hizo sonar las alarmas.

La desaprobación de la reforma laboral en una de las comisiones no solo desató la ira del presidente sino que hizo que uno de los partidos que apoyaban al Gobierno, el socialista, abandonase la alianza. Un camino que parece que también quiere seguir el socio más importante del Ejecutivo, el PSDB. Su permanencia en un Gobierno que se hunde está provocando divisiones en la agrupación.

La semana pasada Temer salió de gira por Rusia y Noruega creyendo que así oxigenaría su Administración. Sin embargo, la gira resultó un fiasco. En Rusia su visita fue prácticamente ignorada y en Noruega el paso fue aún peor. Además de las manifestaciones en su contra en Oslo, la primera ministra, Erna Solberg, lo exhortó a avanzar con la limpieza de la corrupción en su país y el ministro de Medio Ambiente anunció allí mismo que Noruega rebajará a la mitad su ayuda financiera para el fondo contra la deforestación en la Amazonía en disconformidad a las políticas ambientales del Gobierno de Temer para preservar el pulmón verde de Sudamérica. No cabe duda de que el presidente brasileño se enfrenta a su semana más complicada en el cargo.

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