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Renace el Eje. La perfecta sintonía entre Merkel y Macron devuelve a la alianza Berlín-París su papel de locomotora de la Unión. :: G. F. / reuters
May choca contra el muro de los 27

May choca contra el muro de los 27

La UE, liderada por Berlín y París, cree insuficiente la oferta británica sobre derechos de los ciudadanos

ADOLFO LORENTE

Sábado, 24 de junio 2017, 00:42

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Quizá Donald Tusk siga soñando, pero ayer, la incrédula realidad le demostró que los sueños, sueños son, y que el habrá 'brexit' sí o sí, que Reino Unido se irá de la UE el 29 de marzo de 2019. «El 80% de los británicos votaron las últimas elecciones a formaciones que están a favor del 'brexit' y lo habrá», zanjó la primera ministra británica, Theresa May. Lo dijo ayer, el día en el que se cumplía el primer aniversario de aquel maldito referéndum que logró vacunar a Europa de los populismos.

Ella no sueña, como tampoco lo hacen líderes como el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, o el renacido eje franco-alemán: «La UE a 27 es nuestra gran prioridad», reiteró, tajante, la canciller Angela Merkel. A su lado, Emmanuel Macron asentía en plena luna de miel entre París y Berlín. Ayer, ambos comparecieron de forma conjunta ante los corresponsales comunitarios para desempolvar una foto que en Bruselas no se producía desde 2011, cuando una eterna Merkel se retrató con Nicolás Sarkozi. Fueron la gran sensación, un gran tanto en la batalla del relato en la que está inmersa la UE.

Habrá 'brexit' y, ahora, de lo que se trata es de formalizar un divorcio que comenzó a negociarse el pasado lunes y que tiene una primera disputa encima de la mesa: qué hacer con los hijos, cómo se garantizan los derechos de los 3,3 millones de europeos que residen en Reino Unido. La partida comenzó el jueves al filo de las diez de la noche. May explicó a sus colegas que a la espera de concretar su propuesta este lunes, su intención no es expulsar a nadie y garantizar a los europeos que llevan más de cinco años en el país los mismos derechos que un británico. Y a quien no los lleve, dejarle tiempo hasta que pueda completarlos. La melodía no suena mal, la clave, como casi siempre, está en la letra y especialmente, en la más pequeña.

Porque si Juncker, Tusk y la inmensa mayoría de los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 la califican de «insuficiente» o «vaga» pese a ser «un buen punto de partida» no es por casualidad. Falta el detalle, conocer dónde está el diablo. De momento, se esconde en un par de asuntos clave. Primero, Londres no estipula cuál es la fecha de corte. Quieren que sea el 29 de marzo de 2017, el día en que activó el Artículo 50 de salida. La UE, por contra, exige que sea el 29 de marzo de 2019, cuando se produzca el adiós. Además, May pretende que los litigios que se producirán no los resuelva el Tribunal de Justicia de la UE, y esto es algo que los 27 no permitirán. «Es inimaginable», advirtió Juncker.Pese a las críticas, la 'premier' británica no dudó en loar su oferta cuando llegó a la segunda jornada de una intensa cumbre de verano.

«Quiero tranquilizar a todos esos ciudadanos que viven, han hecho sus vidas y sus familias en Reino Unido. Nadie va a tener que irse. No vamos a ver a las familias dividirse. Es una oferta justa y seria», recalcó. Y apostilló: «Quiero darles certeza sobre su futuro, pero también quiero ver esa certeza para los británicos que viven en la UE».

Escepticismo

'Grosso modo', lo que ofrece es que un madrileño que vive en Londres tenga los mismos derechos que un londinense. Eso sí, exige a cambio que un londinense que vive en Madrid tenga los mismos derechos que un madrileño. Pero lo que parece lógico tiene truco.

En Madrid, en la UE, existen más derechos que en la legislación británica, de forma que el madrileño saldría perdiendo. Por ello, lo que la UE quiere es que «se garanticen los derechos actuales» y no que se les equiparen con los ciudadanos británicos. De ahí el escepticismo.

«Mi primera impresión es que la oferta está por debajo de nuestras expectativas. El 'brexit' corre el riesgo de empeorar la situación de los ciudadanos y nuestro papel es reducir ese riesgo», recalcó un Tusk más pragmático que en la jornada del jueves.

May se topó contra un muro, contra una UE a 27 que se sabe más fuerte que nunca en pleno idilio del eje franco-alemán. Eso sí, Merkel sigue marcando el paso, sigue siendo el mejor termómetro. «Es un buen punto de partida pero no un gran avance», recalcó. Una visión compartida por Macron, quien prometió una «coordinación muy estrecha» con Alemania para «tener una sola voz en el 'brexit'». España, por su parte, también se sumó a la ola escéptica. «No voy a decir que me ha sonado mal, pero podía haber sonado mejor», recalcó el presidente, Mariano Rajoy.

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