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Miércoles, 17 de mayo 2017, 00:27
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La gestión de los centros de acogida para inmigrantes se ha convertido en el último negocio para las organizaciones mafiosas de Italia. Así ha quedado de manifiesto con la operación en la que más de quinientos miembros de las fuerzas de seguridad detuvieron el lunes a 68 personas, sospechosas de formar parte del clan Arena de la Ndrangheta, la mafia calabresa. Están acusadas de pertenencia a asociación mafiosa, extorsión, tenencia ilícita de armas, alzamiento de bienes y malversación de fondos estatales, entre otros delitos.
Los arrestados controlaban a través de una ONG, la Confraternidad de la Misericordia, las contratas relativas al centro de acogida para solicitantes de asilo de Isola Capo Rizzuto, en la provincia de Crotone, al sur del país, considerado uno de los más grandes de toda Europa. Los investigadores calculan que, de los 103 millones de euros que el Estado destinó para la gestión de este centro de acogida entre 2006 y 2015, los mafiosos se embolsaron 36 millones.
«El centro de acogida y la Confraternidad de la Misericordia eran el cajero automático de la mafia», comentó el general Giuseppe Governale, comandante del grupo de operaciones especiales de los Carabineros, que detalló el ingente patrimonio que se les ha requisado a los mafiosos: 129 inmuebles, 81 automóviles, 27 ambulancias y 5 embarcaciones. Governale puso al descubierto el alcance de la infiltración en Calabria de los clanes de la Ndrangheta, que hoy en día es la mafia más poderosa y temible de Italia. «Frente a la Ndrangheta arrogante hay una organización del Estado que, si trabaja en equipo, es capaz de conseguir grandes resultados», dijo Governale, destacando así que esta ha sido una operación conjunta entre la Policía, los Carabineros y la Guardia de Finanzas.
El clan Arena controlaba de forma total el municipio de Isola Capo Rizzuto, como prueba el hecho de que entre los arrestados estén el alcalde y el cura del pueblo. Este último era uno de los elementos clave para que los mafiosos se hicieran con las contratas del centro de acogida para inmigrantes, pues era quien se ocupaba de mover los hilos en la Confraternidad de la Misericordia. No estaba mal pagado por ello. Según los investigadores, sólo en lo que llevamos de año habría recibido 132.000 euros. Oficialmente, era su sueldo por brindar «asistencia espiritual» a los desplazados del campamento.
Paz entre las familias
La ingente cantidad de dinero que está llegando estos últimos años a las regiones del sur de Italia para gestionar los centros de acogida, donde malviven los extranjeros durante meses en espera de regularizar su situación, ha conseguido un curioso efecto colateral: la paz entre las familias de la Ndrangheta. Los Arena, junto a sus aliados Dragone, han mantenido durante años una guerra abierta contra otros dos clanes, los Nicoscia y los Grande Aracri.
La 'pax mafiosa' llegó, según asegura la Fiscalía de Catanzaro, cuando comenzó a circular el dinero público para los servicios para los inmigrantes. «Fue la ocasión para una distribución de los recursos entre las diversas familias, interesadas en dejar de lado los desacuerdos y aprovechar las notables oportunidades de beneficio», analiza el ministerio público.
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