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GERARDO ELORRIAGA
Miércoles, 10 de mayo 2017, 00:22
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La reciente liberación de 82 jóvenes secuestradas en la escuela secundaria de Chibok reduce el número de muchachas aún retenidas a 113. El paradero y condiciones de las que permanecen secuestradas por la organización terrorista Boko Haram se desconoce en todos los casos, excepto en una. El acuerdo entre el Gobierno de Nigeria y el grupo insurgente incluía otra secuestrada más, pero la beneficiaria se negó a abandonar su vivienda durante los últimos tres años, alegando que «era feliz y había encontrado un marido», según declaró ayer Garba Shehu, portavoz del presidente Muhammadu Buhari.
Esta reacción puede deberse a los efectos del síndrome de Estocolmo o evidenciar las consecuencias de la radicalización ideológica sufrida tras tres años de cautiverio. El abogado Zanna Mustapha, que ha llevado a cabo labores de mediación entre el grupo yihadista y las autoridades, ha reconocido que varias de las chicas interpeladas durante las negociaciones se negaron a volver. El adoctrinamiento, pero también el miedo o la vergüenza a volver con hijos nacidos durante el cautiverio, pueden influir en ese rechazo.
Muchas de las adolescentes han sido obligadas a contraer matrimonio con sus captores. Aunque su caso es el que ha gozado de mayor repercusión internacional, lo cierto es que Boko Haram ha capturado a cientos de personas en sus ataques a poblados y la mayoría, fundamentalmente mujeres y niños, ha sufrido el cautiverio en sus bases del bosque de Sambisa.
Intercambio
La última operación, propiciada por el Comité Internacional de Cruz Roja y Suiza, ha permitido el intercambio de las alumnas por grupo de comandantes de la organización yihadista que cumpía condenas en prisiones de Nigeria. Se desconoce su identidad y número, y las implicaciones de esta liberación cuando el conflicto vuelve a manifestarse con nuevos ataques en el noreste del país.
Los insurgentes de Boko Haram irrumpieron en la residencia de la escuela de Chibok el 14 de abril de 2014 y se llevaron 276 estudiantes que pernoctaban en sus dormitorios. En torno a 60 consiguieron huir en las horas siguientes y en octubre del pasado año 21 rehenes fueron intercambiadas por presos islamistas.
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