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Renzi arrasa en su partido y vuelve a la primera línea de la política italiana

El exprimer ministro logra el liderazgo al ganar la consulta de la izquierda con el 73% de los votos, según los avances del escrutinio

DARÍO MENOR

Lunes, 1 de mayo 2017, 00:40

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El Partido Democrático (PD), referencia del centro izquierda y mayor formación política italiana, se vanagloria desde sus inicios de no dedicarse sólo a predicar sobre la democracia, como asegura que hacen sus rivales. Los miembros del PD dicen que ellos van más allá y la practican hasta sus últimas consecuencias, pues someten la designación de su líder a unas elecciones primarias en las que puede participar quien quiera, no sólo los propios militantes.

Las cuatro votaciones primarias celebradas desde el nacimiento de la formación, en 2007, hasta ahora les dan la razón, aunque con un 'pero': todas ellas fueron ganadas de goleada por el candidato preferido de los cuadros dirigentes del partido. Más que rivales de peso, los otros candidatos parecían meros 'sparring' para el lucimiento del favorito.

En la consulta celebrada ayer se cumplió el guión: el ex primer ministro Matteo Renzi arrasó al alcanzar un 73% de los votos, según las proyecciones llevadas a cabo con el 7% del escrutinio completado. Quedó en segundo lugar, con un 19%, Andrea Orlando, ministro de Justicia en el actual Gobierno liderado por Paolo Gentiloni. El peor resultado fue para el gobernador regional de Apulia, Michele Emiliano, con un 7%, probablemente castigado por haber coqueteado hasta el último momento con la posibilidad de abandonar el PD y sumarse a la reciente escisión de su ala más izquierdista, cuyos miembros han formado un nuevo sujeto político llamado Movimiento Democrático y Progresista (MDP).

Aunque anoche los datos no eran todavía definitivos, se daba por segura la victoria contundente de Renzi y se esperaba un dato final de afluencia a las urnas cercano a los dos millones de personas. A las cinco de la tarde, tres horas antes de que cerraran sus puertas las sedes electorales, habían entregado su papeleta casi 1,5 millones de personas.

La participación sería más baja que en las primarias anteriores, celebradas en 2013 y ganadas igualmente por Renzi, pero no se habría producido la caída enorme que vaticinaban algunos análisis y que habría limitado el capital político que el anterior jefe del Gobierno obtiene gracias al resultado de ayer. «¡Una responsabilidad extraordinaria! Gracias de corazón a esta comunidad de mujeres y hombres que creen en Italia. Adelante, juntos», escribió el ganador en la red social Instagram ayer pasadas las 22:00 horas.

Con las terceras primarias en las que participa (en 2009 fue derrotado por Pierluigi Bersani), el joven dirigente consigue un botín que ninguno de sus antecesores en la secretaría general del PD había alcanzado antes: se hace con un partido propio, modulado a su medida y con grandes posibilidades de seguir gobernando. Con Bersani y otros viejos dirigentes izquierdistas del pasado como Massimo D'Alema desactivados al haberse marchado al MDP, el ex primer ministro ya no tiene a nadie que le haga sombra. Tampoco Gentiloni parece que disponga de la capacidad suficiente para intentarlo siquiera. Por si había coqueteado con la idea de intentar agarrarse al poder, Renzi le recordó hace unos días que en las primarias de ayer no sólo se elegía al secretario general del PD, sino también a su candidato de cara a los próximos comicios parlamentarios.

La incógnita electoral

Gentiloni fue de los primeros en llamar anoche a Renzi para felicitarle por el resultado de las primarias. Lo hizo desde Kuwait, donde se encontraba en viaje oficial. El ministro de Cultura, Dario Franceschini, el único dirigente que queda en el PD con cierta capacidad para plantear una resistencia interna, si lo considerara necesario, también se apresuró a congratularse por el éxito del líder. «Es una grandísima victoria de Matteo», comentó.

Renzi vuelve a la primera línea de la política después de haber dimitido el pasado diciembre como primer ministro debido al desastre del referéndum constitucional que promovió y que se convirtió en realidad en un plebiscito sobre su gestión. Dos meses después abandonó también la secretaría general del PD. Con su victoria de ahora se aclara el panorama político italiano, en el que queda todavía una incógnita principal: saber cuándo se celebrarán elecciones parlamentarias.

La legislatura termina en el primer trimestre de 2018, pero los comicios podrían adelantarse si los partidos son capaces de ponerse de acuerdo en la reforma de la ley electoral. Es un paso imprescindible, pues ahora mismo hay dos sistemas diferentes vigentes, uno para el Senado y otro para la Cámara de los Diputados.

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