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Rusia envía a Siria una fragata equipada con misiles de crucero

Moscú refuerza su dispositivo naval en el Mediterráneo con uno de sus buques más modernos, que ya utilizó en la ofensiva de Alepo

RAFAEL M. MAÑUECO

Domingo, 9 de abril 2017, 00:57

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Tras el ataque estadounidense a la base aérea de Shayrat, Moscú ha decidido reforzar su dispositivo naval en Siria. La fragata 'Admiral Grigoróvich' zarpó ayer desde la base de Novorossiisk, situada en el Mar Negro, hacia el Mediterráneo y avanza a toda máquina. Así lo anunció el portavoz de la Armada rusa en el Mar Negro, Viacheslav Trujachiov.

El 'Admiral Grigoróvich' participó el pasado mes de noviembre en la ofensiva rusa para preparar la toma de Alepo. El buque, uno de los más modernos de la Marina rusa, disparó misiles de crucero de la clase Kalibr contra posiciones rebeldes y, según se informó entonces, también contra campamentos y depósitos de municiones del Estado Islámico y el Frente al-Nusra. La fragata abandonó la zona a finales del año pasado y después lo hicieron el portaaviones 'Almirante Kuznetsov' y otros navíos de la escuadra.

La fragata 'Admiral Grigoróvich' regresó a Sebastopol (Crimea) y fue incluida el 26 de diciembre en el operativo de rastreo tras el accidente, aún no esclarecido, del Tupolev-154, en el que viajaba el emblemático Coro del Ejército Rojo. Participó también en unas maniobras conjuntas con la Armada turca y, después de una nueva parada en Sebastopol, partió hacia Novorossiisk. La agencia Itar-Tass asegura que lo primero que hará la fragata será avituallarse en la base naval rusa de Tartús, en la costa de Siria.

Mientras tanto, desde Moscú continúan las andanadas de acusaciones y reproches contra Estados Unidos y su presidente, Donald Trump, por bombardear el aeródromo de Shayrat, en Homs. El primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, ha dado por disuelta la «neblina postelectoral» en Estados Unidos y dice que «en lugar de la cacareada tesis sobre la necesidad de combatir conjuntamente al principal enemigo de la Humanidad, que es el Estado Islámico, la Administración Trump ha demostrado estar dispuesta a luchar ferozmente contra el Gobierno legítimo de Siria sin mandato de la ONU y violando las normas del Derecho Internacional».

El presidente Vladímir Putin calificó el viernes el ataque de «agresión contra un Estado soberano» utilizando pretextos «inventados». Medvédev recrimina también a Trump el haberse plegado a los dictados del 'establishment' de su país, «al que criticó duramente en su discurso inaugural». «Nada más ser elegido Trump me dije que todo dependería de la rapidez con la que la máquina del poder americano consiguiese romper sus promesas electorales. Han bastado dos meses y medio para ello», sostiene el jefe del Gobierno ruso.

Londres cancela su visita

Por su parte, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, manifestó ayer en declaraciones las televisiones del país que la acción militar estadounidense de la madrugada del viernes «no tiene nada que ver con la política de Washington en Oriente Próximo, no es parte de una estrategia ni de un plan. Se debe a una pelea de grupos de la elite política y militar, que se han enzarzado en una lucha a vida o muerte». Zajárova cree que EE UU es el país «más imprevisible del mundo». La portavoz diplomática avanzó que el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, le pedirá explicaciones a su homólogo americano, Rex Tillerson, durante la visita que efectuará a Moscú los días 11 y 12.

El que ha decidido cancelar el viaje a Rusia que tenía previsto ha sido el jefe de la Diplomacia británica, Boris Johnson. Fuentes del Foreign Office citadas por 'The Daily Telegraph' afirman que Johnson se plantea «liderar las iniciativas para forjar una coalición contra la intervención rusa en Siria y contra el régimen de Bashar el-Asad». Esta supuesta decisión del ministro británico ha sido tildada de «absurda» por Zajárova.

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