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Schulz (izquierda) comparte un tentempié con su compañera Anke Rehlinger en Saarbrüken. :: efe
El 'efecto Schulz' se mide en el Sarre

El 'efecto Schulz' se mide en el Sarre

Una victoria del SPD reforzaría la pretensión del líder socialdemócrata de imponerse a Merkel en las elecciones federales de septiembre

JUAN CARLOS BARRENA

Domingo, 26 de marzo 2017, 00:10

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El 'efecto Schulz' también se deja notar en el Sarre, el pequeño Estado alemán fronterizo con Francia en el que hoy se celebran elecciones. El reciente nombramiento de Martin Schulz como presidente del SPD y candidato socialdemócrata a la Cancillería ha dado un vuelco a los pronósticos para los comicios federales de septiembre, en los que hasta hace pocas semanas se daba por segura una nueva victoria de su candidata cristianodemócrata (CDU) y jefa del Gobierno regional, Annegret Kramp-Karrenbauer. Al igual que Angela Merkel en Berlín, la líder local de la CDU gobierna hasta ahora en 'gran coalición' con el SPD y su aspiración era confirmarse repetir alianza.

Sin embargo, la irrupción en la política alemana y la popularidad del hasta hace poco presidente del Parlamento Europeo parece trastocar esos planes. Schulz, al que los medios germanos han bautizado ya como 'san Martin' o 'mister 100%', por los votos que recibió de sus correligionarios al ser elegido presidente del SPD, ha dado alas a la candidata de su partido en Sarre, Anke Rehlinger, que podría dar ahora la sorpresa y hacerse con el Gobierno.

En la primera cita del año electoral alemán tiene también un papel decisivo un antecesor de Schulz en la presidencia del SPD. Oskar Lafontaine, líder de la socialdemocracia alemana entre 1995 y 1999 y primer ministro de Sarre entre 1985 y 1998, vuelve a ser candidato en su tierra, aunque esta vez al frente de La Izquierda, formación de la que fue cofundador tras abandonar el SPD enemistado con el entonces canciller, Gerhard Schröder. Lafontaine también causa 'efectos' y en su propia región, donde llegó a gobernar con mayorías absolutas, sigue teniendo muchos adeptos. Esto ha supuesto un apreciable impulso para La Izquierda, partido en el que se integraron los antiguos comunistas de la extinta RDA y que hasta ahora poco pinta en los Estados del occidente alemán.

Los últimos sondeos previos a las elecciones siguen dando como ganadora a la CDU con un 34%-37% de votos, mientras el SPD obtendría 32%-34%; La Izquierda 12%-13% 2 y tanto Los Verdes como los liberales (FDP) rayan el 5%, mínimo necesario para tener representación en la Cámara. Quien se ha desinflado frente a otros comicios regionales recientes, como los de Mecklemburgo-Antepomerania, en los que obtuvo más de un 20% de votos, es la ultraderechista, antieuropea y xenófoba Alianza para Alemania (AfD). Ningún sondeo le da más de un 7% de votos en el Sarre, aunque parece seguro que lograrán acceder a su parlamento.

Ante lo ajustado de las previsiones para los dos grandes partidos, no es descartable que el SPD acabe esta noche finalmente superando a la CDU gracias, sobre todo, al empujón de Schulz. Llegado ese caso, Anke Rehlinger tendría dos opciones para auparse a la jefatura del Gobierno regional: repetir una gran coalición con los conservadores, pero liderada esta vez por los socialdemócratas, o abrirse a una nueva alianza con Lafontaine y La Izquierda, opción que puede ser válida también aunque la CDU sea la fuerza más votada. Dirigir el Gobierno de Sarre sería para el SPD y su candidato a la cancillería una señal de cara a sus afiliados y seguidores y la demostración de que el 'efecto Schulz' no es un espejismo, sino un éxito que puede repetirse el 24 de septiembre a escala nacional. Supondría también un importante aliento con vistas a las elecciones regionales de Schleswig-Holstein, el 7 de mayo, y Renania del Norte-Westfalia, una semana después.

Los cristianodemócratas no se han quedado cruzados de brazos. Annegret Kramp-Karrenbauer, una de las políticas mas destacadas de la CDU, ha contado con el respaldo expreso de Berlín. La propia Angela Merkel no dudó ayer en volar de Roma a Saarbrücken para protagonizar el último mitin de campaña y apoyar a su amiga personal, convertida en el primer bastión de la CDU para detener el ascenso de 'san Martin'.

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