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¿Por qué en Londres?

El califato odia la lucha de Reino Unido para acabar con sus ciudadanos radicalizados

ÓSCAR B. DE OTÁLORA

Jueves, 23 de marzo 2017, 00:31

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Inglaterra se ha convertido en los últimos años en uno de los enemigos mas sutiles del Estado Islámico (EI). Mientras que Estados Unidos o Francia han enviado tropas y participado de forma activa en bombardeos, los militares británicos no solo han participado en esa guerra abierta sino que también ha llevado a cabo ataques selectivos para acabar con sus propios ciudadanos radicalizados con el fin de impedir que retornasen a las islas para continuar su campaña del terror. En este sentido, el Daesh ha sido consciente de que cada uno de sus miembros procedentes de Gran Bretaña tenía una diana sobre su cabeza. El odio de los islamistas hacia el Reino Unido, en este sentido, no nace solo de que las tropas británicas forman parte de las coaliciones internacionales contra Al-Qaida y el Daesh sino que también pretende vengarse de la capacidad británica para eliminar aquellos voluntarios que se habían convertido en un banderín de reclutamiento del califato en Europa.

La más significativa de las campañas británicas contra figuras inglesas del Estado Islámico es la llevada a cabo contra 'Jihadi John' y 'The Beatles', un grupo de yihadistas de origen británico instalados en Raqqa, la capital del autoproclamado califato. Estos cinco islamistas se encargaban de las decapitaciones y las torturas a los prisioneros, especialmente a los occidentales. En la imaginería violenta de los islamistas estos jóvenes se convirtieron en unos mitos. Las investigaciones de los servicios secretos determinaron que 'Jihadi John' era realmente Mohamed Emwazi, un ciudadano británico de origen kuwaití que se había radicalizado durante su etapa de estudiante en las islas.

'The Beatles' era el apodo con que se bautizó a cuatro secuaces con los que cometía sus tropelías. En noviembre de 2015, un ataque de drones llevado a cabo de forma conjunta por Estados Unidos y Reino Unido en Raqqa acabó con la vida de 'Jihadi John'. De forma paralela, el Gobierno de David Cameron reconoció que había iniciado una 'caza al hombre' para acabar con la vida de 'The Beatles'. En esta búsqueda los agentes del MI6, acompañados por comandos del SAS, colabora con la CIA para localizar a los yihadistas británicos que acompañaban a Emwazi. La operación aún no ha finalizado.

La obsesión de los británicos con los retornados está basada en datos objetivos. Según la organización Soufan, un 'think tank' británico especializado en análisis de defensa, 760 británicos se habían incorporado a las filas del Estado Islámico en 2015. Con esa cifra se convertía en el segundo país europeo en cuanto a ciudadanos trasladados al califato, detrás Francia, con 1.700. Pero el dato más significativo es que hace dos años el número de retornados a las islas británicas se estimaba en 350, el más alto de occidente -en Francia la cifra de retornados es de 250-.

La peculiaridad de Gran Bretaña es que desde los años 90 cuenta con zonas en las que las comunidades musulmanas surgidas de las antiguas colonias británicas como Pakistán o Bangladesh han conseguido crear una cultura de la radicalidad sin ninguna interferencia de las autoridades.

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