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ADOLFO LORENTE CORRESPONSAL
Martes, 28 de febrero 2017, 00:27
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Bruselas. La UE decidió ayer ponerse la venda antes de la herida y establecer mecanismos de autodefensa para afrontar futuras crisis migratorias por cauces legales. Ahora no se trata de 'taponar' las rutas del Mediterráneo o el Egeo de las que se sirven las mafias, que también, sino de estrechar el control sobre los mecanismos legales de acceso al llamado espacio Schengen (forman parte 26 países, de ellos, 22 de los 28 de la UE). La clave de esta nueva reforma es la exención de visados para viajes inferiores a 90 días de los que disfrutan 60 países terceros (con el pasaporte biométrico basta). «La medida no está dirigida a ningún país en concreto», insisten en subrayar una y otra vez fuentes oficiales comunitarias, pero un nombre flota en el ambiente: Turquía.
Tras lograr el plácet del Parlamento Europeo, lo que hizo ayer el Consejo, además de incluir a Georgia en la lista de beneficiarios, fue avalar la propuesta lanzada en mayo de 2016 por la Comisión para poder prohibir de forma temporal la exención de visados en función de determinadas circunstancias excepcionales. Potencias como Alemania y Francia llevaban tiempo presionando en este sentido y al final, el resultado se amolda a sus deseos. En la práctica, todo seguirá como hasta ahora, pero en el caso de que empiecen a vislumbrarse problemas migratorios con algún país tercero, la UE 'congelará' el acuerdo de 'visa free' (libre de visado) durante al menos nueve meses que podría ser ampliados en otros 18 en función de los análisis elaborados por los expertos nacionales y comunitarios.
«La revisión del mecanismo de supervisión adoptada hoy hace más fácil atajar los abusos del sistema», afirmó Carmelo Abela, ministro del Interior y Seguridad Nacional de Malta, país que este semestre ostenta la presidencia comunitaria.
«Nuestra política común de visados es clave para fortalecer nuestros lazos con terceros países y permitir un mayor contacto personal entre nuestros ciudadanos. Pero para que la UE pueda salvaguardar y mantener esta política de visados, es necesario ser capaz de reaccionar con rapidez para evitar y contrarrestar cualquier posible abuso de la exención de visado», recalcó por su parte el comisario de Migraciones e Interior, Dimitris Avramopoulos.
Tras el visto bueno a Georgia el recientemente dado a Ucrania, la UE negocia ahora cuerdos con Kosovo y, sobre todo, con Turquía. Esta es la clave de buena parte del porqué de esta nueva reforma. ¿Por qué? Porque en el polémico acuerdo migratorio firmado el 18 de marzo de 2016 con Ankara, la UE se comprometió a agilizar la exención de visados para los turcos, nada menos que 75 millones de personas (el único europeo que tiene más habitantes es Alemania).
No había más alternativa. El presidente Recep Tayyip Erdogan exigió esta condición 'sine qua non' para quedarse con los refugiados sirios y Europa no tuvo más remedio que tragar mientras muchas capitales, sobre todo las grandes, se echaban las menos a la cabeza. Firmado el acuerdo, comenzó el trabajo para ver cómo se podían mitigar futuros problemas relacionados con el asunto quizá más sensible que ahora mismo existe en la UE debido al órdago populista. Y ahora, más de medio año después, llega el endurecimiento legislativo anhelado por los Estados miembros.
Sigue la dura negociación
De todos modos, las negociaciones con Turquía siguen en el congelador y sin visos, además, de reactivarse. No hay que olvidar que la prometida exención de visados estaba prevista para el pasado julio. No hubo acuerdo porque Turquía no cumplía con los 72 requisitos obligatorios de la legislación comunitaria. Luego, Erdogan amenazó con dejar el pacto del 18 de marzo en papel mojado si el 'free visa' no llegaba antes de finales de año. No llegó.
¿Y ahora? Nada sabe nada. Los 72 parámetros siguen sin cumplirse en su totalidad por diferencias en la legislación antiterrorista turca, cada vez más alejada de los estándares europeos. Eso sí, el ruido político entre ambos bloques ha bajado muchísimos decibelios, sobre todo el procedente de la convulsa Ankara.
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