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Benoît Hamon.
Hamon y Valls se jugarán la candidatura socialista al Elíseo

Hamon y Valls se jugarán la candidatura socialista al Elíseo

El éxito del líder de los críticos pone en peligro la victoria del heredero de Hollande el domingo próximo en el duelo final de las primarias

FERNANDO ITURRIBARRIA CORRESPONSAL

Lunes, 23 de enero 2017, 00:39

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Benoît Hamon, líder del sector crítico, y Manuel Valls, abanderado de la socialdemocracia más liberal, se disputarán el próximo domingo la candidatura del socialismo gobernante para suceder a François Hollande en la jefatura del Estado francés en las elecciones presidenciales de la próxima primavera. El representante del flanco más a la izquierda y el heredero de la impopular política gubernamental se impusieron ayer en la primera vuelta de las primarias socialistas al reunir respectivamente el 35,59% y el 31,41% de los votos, según los primeros resultados del escrutinio.

Abierta a todos los inscritos en el censo electoral, la consulta eliminó las candidaturas de los exministros socialistas Arnaud Montebourg y Vincent Peillon, quienes se tuvieron que contentar con el 18,27% y el 6,64% de las papeletas. También quedaron fuera de juego a las primeras de cambio los otros tres aspirantes minoritarios que oficiaron como comparsas: los ecologistas François de Rugy (3,63%) y Jean-Luc Benhamias (1,03%), así como la presidenta del Partido Radical de Izquierdas, Sylvia Pinel (2,04%), única mujer en liza.

Efímero ministro de Educación (de abril a agosto de 2014), Hamon ha sabido encarnar la sensibilidad más a la izquierda del socialismo gobernante con un programa intervencionista en materia económica, favorable a la transición energética y partidario de un modelo de desarrollo ecologista no monopolizado por el crecimiento. Defensor de la legalización de la marihuana y del control de los alteradores endocrinos, sus propuestas de crear una renta universal de 600 euros para todos los ciudadanos y de imponer una tasa a los robots han seducido a las clases populares y obreras alarmadas por la cada mayor escasez de trabajo.

Tras el apoyo explícito expresado anoche por Montebourg a Hamon, el resultado deja mal colocado a Valls para hacerse con la investidura socialista, pues apenas cuenta con reserva de votos entre los eliminados y necesitará movilizar a los abstencionistas de la desilusión. Aunque multiplica el 5% obtenido en las primarias de hace cinco años, el ex primer ministro paga el precio de una política económica de apoyo a las empresas y no creadora de empleo percibida como liberal por la ortodoxia socialista.

La participación, estimada entre 1,7 y 1,9 millones de votantes, cumplió el prudente objetivo fijado por los organizadores que habían apostado por una afluencia situada entre 1,5 y 2 millones. Pero quedó lejos de los 4,3 y 4,4 millones atraídos en noviembre por las dos vueltas del centro-derecha e incluso de los 2,7 y 2,9 millones registrados en las primarias de la izquierda de 2011 que desembocaron en la investidura de François Hollande.

El menor interés previo se reflejó en la reducción de colegios electorales que pasaron de 9.425 a 7.530 mientras que los conservadores montaron 10.228 en la consulta que entronizó a François Fillon como su presidenciable. El secretario general del PS, Jean-Christophe Cambadélis, llamó a la participación masiva en la segunda vuelta y la unidad de la izquierda «frente a la revolución conservadora de Fillon, que quiere derribar nuestro modelo social, a la extrema derecha, que avanza en la sombra alentada por el 'brexit' y la elección de Donald Trump, a la fragmentación, los rencores y la tentación del fatalismo».

De viaje en Chile, donde inició una visita oficial de cuatro días a América Latina, Hollande no participó en la elección, en la que no estaba permitido el voto delegado, pero aseguró: «Me intereso por la vida política francesa». El futuro expresidente, que ha renunciado a intentar un segundo mandato en el Elíseo, no ha tomado partido por nadie y, según su entorno, no lo hará hasta febrero, cuando se conozcan todos los candidatos. Varios amigos y allegados se han decantado ya a favor de la candidatura alternativa de Emmanuel Macron, por quien parece inclinarse también la ministra de Medio Ambiente, Ségolène Royal, madre de los cuatro hijos del jefe del Estado saliente.

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